Capitulo 16 - Cuestión de confianza.

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–Ah, ¿así que quieres ir por ahí? –gruño Vio.

–No quiero ir por ningún lado, déjalo –mascullé,
harta de la conversación.

Llevábamos así desde la esquina de la calle de mi
edificio y ahora estábamos entrando por la puerta.
Incluso ha habido un momento en el que nos
hemos puesto a darnos manotazos y un par de
señores que pasaban se nos han quedado
mirando de forma extraña.

–No, no. Has empezado tú.

–No he empezado nada, eres tú la que se ha puesto
a desvariar como una psicótica.

Apreté el botón para llamar al ascensor con más
fuerza de lo normal. Menos mal que la puerta se
abrió al segundo. Entré, cruzándome de brazos
para remarcar aún más lo sería que estaba. Vio se
puso a cierta distancia de mí, también con los
brazos cruzados.

–¿Vas a pulsar el botón del piso o no? –refunfuñó.

–No quiero. Hazlo tú.

–Tú estás más cerca.

De una zanjada apoyé mi espalda en la pared
contraria a donde estaba el panel de los botones.

–Ya no lo estoy.

Vio me miró con todo su odio acumulado e hizo
lo mismo que yo, lo más alejada posible de mí.

–Deja de ser tan infantil, Chiara.

–¡Yo no soy la ha empezado! –me pasé las
manos por la cara, agotada –. Se acabó, voy por
las escaleras.

–Pues voy contigo, por joder.

Puse un pie fuera del ascensor mientras que Vio
me adelantó, golpeándome el hombro en el
proceso de salir. Sonreí internamente.

Misión cumplida.

En cuanto estuvo completamente fuera, volví a
meter el pie dentro del ascensor y pulsé el botón
del número cuatro. Conforme las puertas se iban
cerrando dejándola completa fuera, le mostré a
Vio mi dedo del medio.

Me apoyé de nuevo, satisfecha, en la pared del
ascensor viendo como los números cambiaban en
la plantilla. Sin embargo, se paró en el primer
piso. Las puertas se abrieron y no mostraron a
nadie.

Puta Vio.

Dime que no ha pulsado todos los botones de cada
planta mientras subía por las escaleras.

Efectivamente, eso había hecho, porque el ascensor
también se detuvo en el segundo y en tercero antes
de llegar a mi piso. Vio me estaba esperando
junto a la puerta con una sonrisa triunfal.

–¿Te ha gustado el tour por el edificio?

–Vete a la mierda.

–Oye, tú me has hecho subir por las escaleras.
Estamos empate.

–¿No decías que querías empezar a hacer
ejercicio? De nada.

–Abre la puerta.

–Pídeme perdón.

–Ni muerta.

–Pues nos quedamos aquí fuera tranquilamente.

–Pues llamó al timbre.

–Ni se te ocurra lla...

Había llamado.

–Como abra Juanjo la bronca la aguantas tú–
amenacé.

Abrió Rus, menos mal.

Nos miró a las dos con confusión.

–Hola cuñi –saludo Vio antes de entrar.

Inevitable - ruski Donde viven las historias. Descúbrelo ahora