¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
GIRABA DE UN LADO PARA EL OTRO SOBRE SU CAMA, era un poco tarde y no podía dormir, eso la frustraba. Se reincorporó molesta, estaba enojada con sigo misma, no podía conciliar el sueño y tampoco podía ordenar sus pensamientos, su mente era un desastre.
—Pasa.— permitió al escuchar los toques en su puerta tan insistentes.
—Scott me llamó.— Stiles se veía exaltado.— Su madre salió a una cita al parecer.—
—¿Y eso qué? Se lo merece.— se encogió de hombros al no verlo tan importante.
—No lo entiendes. Su cita es Peter, el alfa.— habló apresuradamente.Gaia abrió sus ojos sorprendida. Se paró rápidamente de su cama.— Ponte tus tenis, iré por las llaves del Jeep.—
Así lo hizo; en ciento término de poner su calzado salieron de la casa y subieron al Jeep. Gaia era la encargada del volante así que iba a toda velocidad para alcanzar el auto de Peter, claramente primero pasaron por Scott.
—Es ese de ahí.— señaló el moreno. Chocó con el auto de enfrente intencionalmente; vió cuando Melissa bajó de este.
—¡Gaia!— la rubia también bajó del Jeep junto a su hermano.
—¿Melissa?— se hizo la sorprendida.— Cuanto lo siento, Stiles me estaba enseñando a manejar, es que a esta hora la calle no está tan transitada.— mintió.
El color azul de ambos pares de ojos se mezclaron; Peter y Gaia se miraban fijamente mientras que ahora era Stiles quien conversaba con la mujer.
—No se que tramas pero deja de hacerlo.— murmuro acercándose al hombre.— Ella no tiene nada que ver en esto.—
—Es la madre de mi beta así que yo creo que si.— Peter le sonreía hipócritamente.—Sé que Scott anda por ahí, muy inteligente, que mal que otros adolescentes no sean tan inteligentes como el del equipo de Lacrosse; Jackson, crees que sabe todo acerca de nosotros, ya saben lo que dicen "el conocimiento es poder", pero no en esta ocasión.—
Caminó hasta Stiles y lo tomó del brazo añejándolo un poco de Melissa.— Tengo que irme.—
—De acuerdo, luego me explicas.— asintió hacia el pálido.
Corrió en la misma dirección que había visto a Scott irse, corría todo lo que sus piernas podían; al adentrarse más al bosque mis piernas empezaron a doler por la fuerza que hacían y su nariz empezó a quemar por el aire frío haciendo contacto con lo caliente de su cuerpo. Llego a la casa quemada de los Hale y no dudo en entrar.
—Genial, tenía que ser este imbecil.— gruño una vez que estuvo dentro. Jackson la miraba esperanzado.— No vine a salvarte.— cruzó sus brazos.
