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EL DÍA DEL BAILE HABÍA LLEGADO

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EL DÍA DEL BAILE HABÍA LLEGADO. ELLA HABÍA quedado en ir con Alec y ahí estaban, ambos. El auto negro del chico estaba estacionado; Alec vestía un elegante traje de dos piezas y camisa negra, mientras que ella traía un lindo vestido liso de color azul el cual le quedaba un poco arriba de las rodillas.

El Jeep de su hermano se estacionó frente a ellos y de este bajo el pálido seguido de la rubia fresa. Alec y ella no guardaron su sorpresa ante la tan inesperada pareja que tenían en frente; de Jackson y Allison se lo esperaban pero sobre la otra, eso sí fue una sorpresa.

—¿Bajamos?— propuso el azabache. Gaia asintió sonriente.

Alec bajó y rápidamente caminó para abrirle la puerta a la chica quien también bajó con ayuda del azabache. Sus heridas aún no se curaban por completo pero ya habían cerrado.

Ambos caminaron hasta adentrarse al lugar; miraron todo con sorpresa; la banda estaba en el escenario y las personas bailaban de un lado para otro ya en el ambiente.

Tomaron asiento en una de las mesas junto a Stiles y Lydia. Ninguno de los dos era de bailar por lo que cuando vieron a más parejas adentrarse a la pista se miraron y rápidamente negaron. Ellos no estaban ahí para divertirse si no para vigilar.

Stiles sacó a bailar a Lydia lo que la hizo sonreír orgullosa por su triunfo y más al ver a su mellizo tan emocionado. Los minutos pasaban rápidamente y no veían nada fuera de lo normal pero eso no permitía que bajaran la guardia.

—¿A dónde van?— Miró a Alec quien señalaba la salida a lo que miró hacia allá. Su hermano y su pareja se estaba marchando.

Ella se encogió de hombros y le restó importancia hasta que después de algunos minutos vió entrar a su hermano completamente solo y aparentemente algo desanimado. La pareja intercambio miradas y se levantó para ir hacia Stiles.

—¿Y Lydia?—

— Fue a buscar a Jackson.— nuevamente ambos intercambiaron miradas, acción que no pasó desapercibida por el rapado.— ¿Qué pasa?—

— No, nada. No es que este mal eso pero como que algo no cuadra.— Frunció sus cejas pensativa.— No te preocupes, iré a buscarla.—

—No puedes ir sola.— Alec la detuvo antes de que siguiera caminando.

—Solo quédate con Stiles.— pidió. Alec sabía que la chica era muy terca y no le haría caso por lo que prefirió no seguir insistiendo ya que si lo hacía solo sería una perdida de tiempo.

Gaia camino por los pasillos, salió hasta el estacionamiento buscando con la mirada a la rubia fresa pero no encontraba rastro de esta. Su única opción era la cancha así que fue hacia ahí con rapidez.

— ¡Lydia!— la llamó al verla a unos metros de ella. La de ojos verdes estaba en medio del campo, desorientada y asustada. Empezó a correr hacia la bajita cuando reconoció a la otra persona que se acercaba, Peter.

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