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|| Desesperación ||

EMPEZÓ A INTENTAR DETENER A LOS CHICOS JUNTO A Stiles y Alec cuando se dieron cuanta de gran pared de cristal, ese era el peor lugar para esconderse

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EMPEZÓ A INTENTAR DETENER A LOS CHICOS JUNTO A Stiles y Alec cuando se dieron cuanta de gran pared de cristal, ese era el peor lugar para esconderse.

—¡Escuchen, idiotas!— el azabache intentaba llamar la atención de los chicos que estaban bloqueando la puerta.

Gaia se estaba estresando por el ruido; las chicas exigían una explicación, Scott y el rubio estaban apresurados por cerrar la puerta y ellos tres llamando su atención para que se detuvieran.

—¡Habla Stiles!— seguían ignorándolos.

Su último recurso, uno ya muy desesperado fue agarrar un medidor de vidrio y lanzarlo cerca de ellos. Las exclamaciones de sorpresa y susto no se hicieron esperar al igual que las malas miradas por parte de las femeninas.

—¿Qué te pasa? Casi me das en la cabeza.— la castaña se le acercó peligrosamente.

—No fue personal— se cruzó de brazos haciéndole frente.

—Hiciste mucho ruido— le reclamó el moreno apartando a su novia.

—Ustedes tampoco fueron muy silenciosos al mover las sillas pero bien hecho.— soltó con sarcasmo.

—Si, muy buen trabajo todos.— le siguió su hermano.

—Ahora díganme ¿Que haremos con la pared de 6 metros de cristal?— la cara de todos fue un poema al verla.

—¿Alguien podría explicarme qué pasa?— lamió sus labios al escucharla.— Porque me estoy asustando.—

Todas la miradas cayeron en el moreno, Scott parecía sentirse nervioso que incluso hasta le empezaba a tener lastima. Allison lo estaba presionando para darle una explicación de la situación de la cual no entendería ni aunque le explicara con manzanitas o palitos.

—Alguien asesino al conserje.—

—¿Qué?—

—Si, el conserje está muerto.— confirmó uniéndose al grupo.

—¿De qué estás hablando? ¿Es una broma?— sabía que la castaña estaba asustada, al igual que todos, pero era la única que gritaba y eso la exasperaba mucho.

—¿Quien lo hizo?—

—No, no, no. Esto ya debió haber terminado, el León de Montaña...—

—No hubo León de montaña, Lydia.— se atrevió hablar suavemente hacia la fresa.

—¿Quien fue?— Allison estaba colmando su paciencia.

—¿Y yo como voy a saberlo?— le respondió grotescamente.

—¿Qué quiere? ¡Scott!—

—No sé.— si le daba lastima el Beta.— pero está afuera y nos matará.—

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