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Estacionó el auto de Alec frente a la tienda de Video 2⭐️C, buscaría una película para su amigo y una para ella. Miro a su lado derecho donde se encontraba el auto deportivo de Jackson, parecía que discutían de algo.
Bajo a la par del rubio y en cuanto la vio no pudo ocultar su sorpresa, abrió la puerta antes de que la chica pudiera abrirla y la dejó pasar a lo que agradeció.
—¿Tienen dario de una pasión?—
—¿Verás eso de nuevo?— cuestionó mirándolo.
—Lydia quiero verla de nuevo ¿Tú cuál buscas?— la chica le mostró la película.— esa es increíble, es la mejor película de basquetbol.—
—Si, es lo que he escuchado.— frunció sus cejas —¿No hay nadie?— preguntó mirando todo el lugar ya que el teléfono se encontraba sonando desde que entraron.
—No tengo idea. ¿Hola? ¿Alguien que trabaje aquí?—
Gaia se acercó a Jackson extrañada por su comportamiento ya que se había detenido mirando un punto fijo. Había un cuerpo. Jackson se hizo hacia atrás del susto tirando la escalera y por ende una lámpara que al parecer el muertito estaba arreglando.
—No me jodas— al final del pasillo se vea una inusual figura, ya conocida para ella y aterradoramente fea para Jackson.
El rubio la jalo junto a él para sacarla de la vista de la desconocida bestia. Al parecer quería jugar ya que corría de un lado a otro. Ella no se encontraba asustada en cambió Jackson estaba aterrado.
—Quédate aquí ¿bien?— susurro.
—¿A donde iras?—
—A distraer a esa cosa, alguno de los dos tiene que salir de aquí y avisarle a alguien.—
Antes de que el rubio pudiera frenarla, Gaia caminó hacia otra parte, alejándose. Caminó un poco entre los estantes hasta que se topó a la criatura. Un quejido doloroso salió su boca al sentir algo cortar su mejilla, el alfa la había lastimado.
Pasó su mano por su mejilla lastimada, sus dedos quedaron cubiertos de sangre, miró a la bestia con molestia.
—Tienes que correr, vete— le pidió a Jackson una vez que llegó a él.
—¿Que rayos te paso?— cuestiono asustado al ver la herida de la chica sangrar.
—No importa, vete ya— Soltó un grito cayendo hacia atrás cuando los estantes cayeron sobre el chico.
El alfa se posó sobre ellos y gruñendo examinó el cuello del rubio, luego se acercó a la cara de la chica donde también soltó un gruñido y salió corriendo atravesando el ventanal del local.
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El lugar no tardó en llenarse de policías, ambulancias y personas que pasaban por ahí. Lydia y ella se encontraban sentadas en la parte trasera de una ambulancia. Jackson seguía alterado, la rubia fresa estaba en silencio al igual que la rubia ceniza.
