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dieciocho

Nicole niega mientras se suelta del abrazo de su hermano, dirigiéndose a la habitación de ellos a la par que suspiraba, pensando en demasiadas cosas. Podía entender, o realmente no, que su hermano es varón, está en la edad donde las hormonas están más descontroladas que nunca, y un simple beso podía formarle una erección, pero la cosa cambiaba cuando se trataba de compartir sangre. Se sentía muy hipócrita, demasiado, por pensar todo eso, además de sentir un increíble asco por lo que habían hecho, cuando ella aceptó, su cuerpo habló por ella y terminó accediendo a ese beso que se dieron, aún sabiendo que estaba mal. Prefería pensar que podían ignorarlo, hacer como si nunca hubiera sucedido, cualquier cosa servía para seguir con la misma relación de hermanos de siempre, aún siendo consciente de que eso nunca se podrá después de haberse besado. Podían hacerlo pasar como un error y no repetirlo jamás en sus vidas, pero que JungKook ahora se tome el atrevimiento de pedirle más besos como si fueran novios la asustaba, repugnaba, alejaba.

La aterraba no tener el control de la situación.

No se estaban afrontando a algo sencillo, no habían hecho una travesura donde iban a cubrirse el uno al otro con sus padres para no recibir un castigo, habían sobrepasado los límites básicos que se tenían los familiares, y que JungKook no parezca arrepentido en lo absoluto le revolvía las ideas, la ponía nerviosa, porque no podían fingir que nada había pasado si una de las dos partes quería continuar con eso. Nicole sabía que esos besos no se iban a quedar solo en eso, que al ser jóvenes con las hormonas a flor de piel podían terminar teniendo sexo, y ese solo era el principio del fin. Llevándolo a un caso más grave, ¿y si ella quedaba embarazada? Se sabían los riesgos al tener un hijo con sangres prácticamente iguales, y no tenía algo en contra de personas con tales condiciones, pero no se sentía capaz de cuidar alguien así, tampoco de asumir que el padre de su bebé era su hermano, y mucho menos estaría lista para afrontar la situación al decirle a sus padres que sus propios hijos habían creado un bebé entre ellos. Dios, era loquísimo de solo pensarlo, si sus padres los mandaran a un psiquiátrico después de enterarse estaría más que de acuerdo, y sería totalmente razonable.

No podían volver a hacer algo así. Jamás.

JungKook la alcanza en la habitación de él, tomando su mano mientras observaba cómo se daba la vuelta para mirarlo con su mayor expresión de arrepentimiento. Algo se rompió dentro de él, porque a pesar de saber que habían hecho algo que no era aceptado ante la sociedad, le dolía el corazón porque su hermana iba a rechazarlo siempre. No la culpaba, si daba vuelta la situación y fuera Nicole quien tuviera esos sentimientos por él, posiblemente hubiera reaccionado igual, habían hecho algo que jamás pensaron hacer, que pasó los límites y no podía asumirlo de un segundo a otro. Y es que, realmente, ¿JungKook esperaba que después de esos besos ella le confiese lo enamorada que estaba en secreto y comiencen una relación amorosa? No, obvio no, es más, le extrañaría si su reacción fuera otra a la que estaba teniendo en ese momento. Pero de igual manera, dolía, y dolía demasiado.

⎯ Noona, ¿te enojaste?

⎯ JungKook, no puedes andar pidiéndome esas cosas.⎯ lo afrontó con seriedad, hablando bajo por miedo a que su padre esté misteriosamente acechándolos detrás de la puerta de la habitación, aún sabiendo que era imposible, se encontraba paranoica.⎯ Somos hermanos, ¿cómo vamos a besarnos?

⎯ No estamos haciendo nada tan grave.⎯ susurró con la cabeza baja, aguantando las lágrimas que querían escaparse de sus ojos.⎯ Podría ser peor, podríamos estar teniendo una orgía.

⎯ ¿Qué carajos?⎯ soltó atónita, JungKook la miró sin dejar de sostener su mano, sentía que era el único soporte que tenía en ese momento para no romper en llanto, para no pensar que su hermana ahora lo odiaba.⎯ Escucha, no podemos repetir esto. Esta mal.