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treinta y uno

JungKook pensó con detenimiento aquellas palabras, y es que en sí Nicole no podía tener la culpa de que él se enamore, porque realmente, no sabía en qué momento cayó rendido ante ella, cuándo comenzó a preguntarse cómo se sentiría besarla y lo lindo que debía ser estar en pareja con ella. No era algo que esté en el control de Nicole, y por muy cariñosa que ella hubiera sido, eso no influía mucho. Su hermana fue cariñosa desde su nacimiento, prácticamente, podía haberse enamorado desde los doce años, que era cuando más o menos se empieza a pensar con más conciencia, pero él empezó con las confusiones a los dieciséis, aceptándolo casi a sus diecisiete años, fueron unos meses, casi un año, muy duro para él, porque aunque en ese momento odiaba que Nicole sea tan cariñosa, pues lo confundía más, se dió cuenta de que ella nunca cambió, y eso le gustaba.

No quería que Nicole cambie.

Ninguno tenía la culpa, uno no puede mandar al corazón sobre quién enamorarse, así como tampoco alguien podía evitar que otra persona tenga sentimientos por ella. Tenía la teoría de que no importaba si Nicole era muy cariñosa o la persona más fría del mundo, él se hubiera enamorado de igual manera. Su personalidad decidida, fuerte, y protectora le encantaba, también lo dedicada que era a su vocación y el eterno amor que le tenía a los animales, como no dudaba un segundo en ayudar a una persona en caso de necesitarlo y lo sincera que era la mayoría del tiempo. No tenía problema en mostrarse sensible, en canalizar sus emociones de la manera que su corazón lo dijera, pero también pensaba con claridad antes de hablar por miedo a herir a los demás. Le gustaba protegerse y proteger al resto, tenía miedo de hacerlos sentir mal, pero no dudaba en hacerlo cuando ella, o alguien a quien ame demasiado, se veía herido. Nicole no era única, porque realmente podían haber más mujeres como ella, pero para JungKook, ella era la única en su mundo.

⎯ No tiene sentido que te sientas culpable.⎯ terminó diciendo. Ella soltó un suspiro mientras miraba a su hermano, no comprendía el motivo por el cual sus ojos brillaban al verla, por qué parecía que no podía mantener sus manos fuera de ella, y la razón por la que JungKook se atrevió a pasar las barreras entre ellos. Nicole buscaba respuestas a sus preguntas, pero hostigarlo tampoco era algo bueno.

⎯ Por algo empezaste a cambiar, empezaste a pedirme besos y...

⎯ De pequeños nos besamos.⎯ levantó sus hombros sin saber qué responder.

⎯ Éramos niños, no teníamos adultos que nos cuiden y enseñen lo que estaba mal, solo seguíamos lo que veíamos en las películas.⎯ contestó con la verdad. La infancia de ellos fue extraña, con padres ausentes y presentes a su vez, Nicole siendo madre y hermana a la vez, pero ella también tenía solo dos años más que su hermano menor, no podía saber todo del mundo, no comprendía las cosas hasta que alguien no se las explicaba o no las veían.⎯ Esa era una muestra de amor normal ante nuestros ojos.

Porque sus padres pensaban que poniéndoles un CD con películas típicas de aquella época, como lo eran 10 things i hate about you, The Notebook, Diario de una princesa, y películas infantiles donde nunca habían interacciones entre hermanos y siempre iban con fines de una pareja amorosa, ellos comprendieron que los besos, abrazos, y dormir abrazados eran muestras de amor aptas para todo público, además de verlo también en sus padres, en la vecina adolescente que llevaba a su novio a escondidas, y en el señor que sacaba a pasear a su perro y le daba besos en la cabeza. Nadie, hasta una edad relativamente avanzada, les había dicho que los besos en la boca eran para pareja, aún si eran besos mínimos, un pico que por sus edades era asqueroso a causa de la saliva y migajas de comida, estaba mal porque eran hermanos. Culturalmente, una gran mayoría de adultos también besaban en la boca a bebés, Nicole y JungKook ahora pensaban que era asqueroso, y hasta enfermo en cierta parte, pero ellos también debían recordar que posiblemente sus padres les habían dado besos de ese estilo.