Mi sueño era indescriptible. Hoy seria un día ocupado debido a que eran las grabaciones de la nueva canción de Mateo. Últimamente la convivencia entre nosotros aumentó, nos veiamos seguido, y Mateo se preocupaba de estar al tanto sobre mis sentimientos.Un mensaje se mostro en la pantalla de mi teléfono, efectivamente era Mateo
Mateo
Che, rubia, paso por vos en cinco?Maia
Te espero en cincoMateo
Mejor espérame en 4
😜Reí al leer el mensaje y le clave un like. La impaciencia de los fans aumentaba cada vez más. Hace unos días salió una especie de trailer según Mateo, sobre la canción. Básicamente, se filtró un poco de ella.
Estaba mas que lista, ojee mi teléfono antes y me vestí, colocándome algo cómodo debido a que allá tenían los vestuarios. No tenia mínima idea de que trataría el video, Mateo me dijo que solo me dejara llevar.
En un dos por tres, oí el timbre, era Mateo. Bajé rápidamente las escaleras, logrando verlo en la puerta.
— Hola, cheta.—sonrió el de trenzas mirándome.—¿Estás lista?
— Sí.—asentí
— Bueno, vamos.—dijo tomando mi mano, abriendo la puerta de copiloto para entrar.
Vi como Mateo entraba y me sonreía. El viaje fue entrecomillas largo, pero gracias a los temas que Mateo sacaba, se hizo corto. Al llegar al set, todo el equipo nos señaló lo que debíamos hacer. Fuimos a los camerinos, colocándonos el primer vestuario, el cual era algo con un toque de "calle". Perdóname Dios por usar estas cuchitrilidades.
— Bueno, tampoco es para tanto.—rió Mateo viéndome
— ¡Parezco de los que andan pidiendo limosna a la esquina!
Mateo rió— Sos re boluda, vamos milipili.
Reí y me dediqué a seguirlo para grabar. La primera toma fue yendo hacía un bar mientras íbamos chamuyándonos entre si. Mateo me dedicaba unas sonrisas que posiblemente mataban a cualquier piba.
Luego de la primera toma, fuimos a descansar, cambiar vestuarios, maquillaje, etc.
— Disimulá un poco como se te cae la baba por mí, cheta.—rió esté
— Que se me va a caer la baba por vos, rocho de cuarta.—dije negando, pero sabiendo perfectamente que me abría de piernas al verlo.
Segunda toma, en el bar, gente hablando, pero nosotros estábamos en nuestro mundo, hablando y chamuyándonos. Las tomas se hicieron relativas, íbamos corrigiendo ciertas cosas hasta que terminamos dos horas después.
— No doy más.—dije bebiendo un vaso de agua.
— Salió todo a la perfección, bien ahí cheta.—sonrió besando rápidamente mis labios.
— Salí nene.—mencione rodando mis ojos.
Nos quedamos mirando las grabaciones, los ajustes, etcétera. Hasta que eran ya las cinco de la tarde.
— ¿Querés salir?—preguntó Mateo mirándome.
— ¿A dónde?