Lo que resto de días fue algo solitario. Había estado acostumbrada a la presencia de Trueno en cada lugar al que iba. Hoy era el primer día en que no cancelaba nada. Habían pasado semanas luego de aquel último encuentro con Trueno y no había vuelto a topármelo, cosa que agradecía internamente.
Mi Instagram estaba lleno de mensajes preguntándome sobre como estaba, igualmente Twitter, estaba lleno de teorías, hate hacía Trueno, hacía Nicki, etcétera. Decidí alejarme de las redes las ultimas semanas y era un total caos.
¿Estaba mejor? A decir verdad, sí. Estaba mucho mejor, gracias a Felicia, Emilia y mi familia, cosa que sinceramente jamás espere, pero de todas maneras lo agradecía. Un mensaje en mi teléfono resonó, era Emilia.
Emi🩷 Vámonos a Mar de plata No acepto un "no" como respuesta Alista maletas! 🧳
Reí al ver aquel mensaje, ¿sus amigas llegarian como si nada a decirles "Vámonos a mar de plata"? Porque la mía sí.
Maia Entonces si jaja ¿Quiénes van?
No sabía si era buena idea preguntar eso. Al menos lo hacia porque sabía perfectamente que Trueno era incluido en aquel grupo, por lo tanto me preocupé algo.
Emi🩷 Todos los del grupo No te preocupes!!!! Trueno no esta incluido en nuestro avión ni en nuestro hotel, o eso me dijo Mauro Igualmente lo amenacé para que ni siquiera crucen miradas
Maia Jajaja está bien ¿En que nos vamos?
Emi🩷 Iremos en avión Ya están los pasajes comprados A las 5 pasamos por vos, te amo muñequita
Sonreí y clave un like. Bien, Mar de plata, veamos que pasa. Evité pensamientos y empecé a alistar mis cosas. Empaqué lo esencial: ropa cómoda, mi cuaderno de canciones, algunos libros, y por supuesto, mis auriculares. También llevé mi cámara, porque siempre encontraba inspiración en nuevos lugares.
Pasaron las horas y Emilia llegó a recogerme junto con Milo, Mauro, Tiago y María. Me preguntaba ¿Cómo se iría Trueno? Me despedí de Felicia y fui. Al subir al auto, sentí una mezcla de nervios y emoción.
—¿Lista para la aventura, Mai? —preguntó Milo con una sonrisa cómplice.
—Supongo —respondí, intentando sonar más entusiasta de lo que me sentía realmente.
El viaje fue largo, pero con las anécdotas y risas que habitaban en el auto, se hizo más que rápido. En el aeropuerto, mientras esperábamos nuestro vuelo, Emilia y yo nos apartamos un poco del grupo para hablar.
—¿Cómo te sentís, en serio? —me preguntó, mirándome con preocupación.
—Mejor, Emi. De verdad, aunque todavía me cuesta un poco.
—Lo sé, pero este viaje te va a hacer bien. Y no te preocupes por Trueno, hice todo lo posible para que no se crucen.
Suspiré, agradecida por tener una amiga como ella. Nos reunimos de nuevo con el grupo y pronto nuestro vuelo fue llamado. Milo y yo nos sentamos juntos en el avión, mientras Tiago y María se sentaron unas filas más adelante con Emilia.
—¿Qué pensás hacer cuando lleguemos? —me preguntó Milo mientras despegábamos.
—Descansar un poco, creo. Y tal vez caminar por la playa —respondí, mirando por la ventana.
—Suena bien. Si querés compañía, ya sabés.
El vuelo pasó rápido entre charlas y risas con Milo. A pesar de todo, él siempre sabía cómo hacerme sentir mejor.
Al llegar a Mar del Plata, el aire fresco y salado nos recibió. Nos dirigimos a un restaurante cercano para comer algo antes de ir al hotel. El lugar era acogedor, con vistas al mar. Agradecí internamente no ver a Trueno allí.
—Este lugar es hermoso —dije mientras nos acomodábamos en una mesa.
—Sí, necesitábamos esto —respondió Emilia, sonriendo.
Pedimos una variedad de platos: mariscos frescos, ensaladas y una buena cantidad de pan casero. La conversación fluyó fácilmente.
—¿Y cómo van tus proyectos, Emi? —pregunté mientras saboreaba un bocado de pulpo.
—Bien, estoy trabajando en unas nuevas canciones que quiero lanzar pronto. Además, tengo algunas colaboraciones en mente.
—Qué bueno, Emi. ¿Y vos, María? —pregunté, dirigiéndome a la más callada del grupo.
—Estoy planificando mi próxima exposición de fotos. Va a ser algo grande, quiero captar la esencia de la vida urbana —respondió con entusiasmo.
—Eso suena increíble. A veces siento que no tengo suficiente tiempo para todo lo que quiero hacer —admití, riendo.
—Tranquila, Mai. Vamos de a poco —me animó Emilia.
Después de la comida, nos dirigimos al hotel. Emilia, María y yo compartíamos una habitación. Nos pusimos cómodas y seguimos charlando un rato más.
—Mai, ¿trajiste esa camiseta que te regalé? —preguntó Emilia.
—Sí, la amo. Es súper cómoda.
—¿Y vos, María? ¿Qué pensás hacer mañana?
—Creo que voy a salir temprano a tomar fotos. Quiero capturar el amanecer en la playa —respondió María.
—Suena perfecto. Yo planeo dormir hasta tarde —dije, riendo.
Antes de dormir, decidí salir un rato a ver la vista de Mar del Plata, debido a que las féminas dormían plácidamente. Necesitaba despejarme y pensar en todo lo que estaba pasando. La noche estaba clara, y la luna iluminaba suavemente la ciudad. Mientras caminaba, vi las trenzas de Trueno bajo la luz de la luna. Mi corazón se aceleró y una oleada de emociones me invadió.
Nuestros ojos se cruzaron, y por un momento, el tiempo pareció detenerse. Sentí una mezcla de dolor, nostalgia y un deseo desesperado de acercarme a él y abrazarlo. Pero no podía, no después de todo lo que había pasado. Sin decir nada, desvié la mirada y me fui rápidamente, evitando cualquier contacto.
Regresé a la habitación y me metí en la cama, tratando de calmar mi mente. Pensé en lo difícil que era mantenerme alejada de alguien a quien todavía amaba, y en cómo iba a enfrentar los próximos días sin dejar que eso me destrozara más. Pero sabía que tenía a mis amigos, y eso me daba fuerzas.
Cerrar los ojos y respirar profundo. Mañana será otro día, Maia. Vas a estar bien.
Jo's note!
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Bueno nadaaaaaa, se vienen cositas. Meeeepa que hare una narración de Nicki respecto a todo lo que paso y no dejare todo inconcluso pq he visto que no quieren final sad, asi q veamos que pasa
Diganmeee, que opinan?
Se viene retada de Emilia a Duki por dejar al aweonao de Trueno in the same hotel SORRY NOT SORRY
