First Glance

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El tiempo se empezaba a hacer eterno; mi paciencia ya se estaba agotando, y daba vueltas en círculos por toda mi habitación. Tal vez si Tyler se hubiera quedado, podría haber esperado tranquilamente. Pero no se quedó, y tenía que soportar la espera sin saber ni siquiera a dónde íbamos a ir. En ese momento, recordé por qué odiaba las sorpresas. Soy muy impaciente para eso. Lo único que podía hacer era mirar mi celular, pero ni eso hacía que el tiempo pasara más rápido. Hasta que de pronto llamaron a mi puerta.

Bajé emocionada, casi corriendo. Ya no podía esperar más. Era Tyler nuevamente.

—Menos mal que llegaste. Ya no podía esperar más —dije mientras lo saludaba con un abrazo.

—Obvio que llegaría, y a tiempo —me devolvió el abrazo y sonrió. Señaló su auto. —Sube —dijo con entusiasmo.

Cerré mi puerta con llave y me subí al auto.

—Sinceramente, estoy emocionada. Parece que tienes muchas ganas de verme desesperada —comenté mientras ambos nos dirigíamos al restaurante.

—Tranquila, ya llegaremos. Solo ten un poco de paciencia, Wedns —me miró con una sonrisa, siempre tratando de mantener la vista hacia adelante para evitar cualquier accidente. Durante el viaje, no la pasé mal. Tyler puso música, hablamos, etc., así que el tiempo pasó rápido.

Apenas llegamos, salí del auto y mis ojos comenzaron a examinar con detenimiento todo el lugar por fuera. Era enorme, hermoso y estaba súper iluminado.

—Tyler, ¡Dios mío! Este lugar es increíble —dije mientras una sonrisa aparecía en mi rostro. Él me miró y sonrió al escuchar mis palabras y ver mi clara expresión de emoción.

—¿Entramos? —preguntó con entusiasmo.

Asentí con la cabeza, y nos adentramos al lugar. Por dentro, era aún más hermoso. Todo parecía sacado de un sueño. Tyler tomó su celular y me dijo:

—Ellos ya están aquí. Creo que se sentaron allí —señaló una mesa con el dedo. Yo lo seguí, aunque no estaba viendo el camino; solo miraba a mi alrededor, apreciando la belleza del lugar.

En un momento, mi mirada se desvió al escuchar a Tyler saludar:

—¡Hola, Ajax! ¡Oh, hola, Enid! —Apenas bajé la mirada, ya no me centraba en el lugar. Había visto algo aún más hermoso. Mis ojos negros se encontraron con unos ojos celestes. Era una chica un poco más alta que yo, con un pelo rubio brillante que le llegaba hasta los hombros. Mi mirada cambió de interesada a aún más interesada. ¿Quién era esa chica tan hermosa?

En un momento, todo a mi alrededor se congeló. Solo estábamos ella y yo.

—¿Enid? —pregunté, extendiendo mi mano para saludarla, aún con una mirada de asombro en mi rostro.

Enid también extendió su mano: —¿Wednesday, cierto?—me dijo con una sonrisa de oreja a oreja. Pensé, mierda, ¿qué me pasa? ¿Por qué estoy así? ¿Qué me había llamado la atención, ella o tal vez lo colorida que era su ropa? En un momento volví a la realidad y miré al que aparentemente era su novio, Ajax, supongo.

—Hola, Ajax. Gusto en conocerlos a ambos —dije sonriendo. Tyler también sonrió, y nos acomodamos en una mesa mientras pedíamos la comida. No podía apartar la vista de Enid. Pero cuando ella me miraba, yo giraba la cabeza hacia cualquier otro sitio disimuladamente.

—Bueno, chicos, ¿así que van a querer eso entonces? ¿Todos de acuerdo? —preguntó Ajax mientras mirábamos el menú.

—Sí, que le quiten la cebolla a mi comida —aclaró Enid. Oh, con que a Enid no le gustaba la cebolla...

—Wedns, al tuyo también le pedimos que le quiten la cebolla —dijo Tyler.

—No, el mío está bien así —respondí mientras sonreía. El mesero se fue, y hablamos entre todos un rato. Cuando la comida llegó, todos hicimos una expresión de sorpresa al ver todo lo que habíamos pedido. Era todo muy apetitoso.

De repente, Ajax irrumpió el momento y dijo: —Oh, esperen, creo que olvidaron traer nuestras bebidas. Iré a pedírselas.

—Voy contigo, espera. Cuiden la comida y no empiecen a comer sin nosotros —dijo Tyler, dejándonos a Enid y a mí solas.

—Tengo hambre —comentó la rubia mientras miraba la comida con ansias de probarla.

—Descuida, puedes empezar a comer. Yo te cubro, no diré nada —dije mientras en mi rostro se plasmaba una sonrisa traviesa. Enid rió y comenzó a comer a escondidas. No pude evitar verla comer con un poco de desesperación; se notaba que estaba hambrienta. Mientras le daba pequeños mordiscos a la comida, yo miraba sus increíbles labios rosas. Eran perfectos, muy besables de hecho...

Estaba tan embobada mirando a Enid que tal vez hasta tenía la boca abierta. Pero estaba demasiado ocupada para darme cuenta. —Qué hermosa —dije en voz alta sin pensar.

—¿Disculpa? —dijo Enid, aún con comida en la boca.

—No es nada, estaba pensando. Lo siento —respondí mientras sonreía y miraba para otro lado, esperando que los chicos vinieran rápidamente. Diablos, ¿qué estoy diciendo? No puede ser.

En ese momento, Ajax y Tyler llegaron con los refrescos. —Perdonen, había mucha gente y no nos dejaban pasar.

No me MiresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora