Morning

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Un rayo de sol entraba por la ventana, iluminando suavemente la habitación. Ambas chicas se encontraban acostadas en la cama, abrazadas. Enid descansaba sobre el pecho de Wednesday, sintiendo el ritmo constante de su respiración. La calidez del sol y el confort del abrazo de Wednesday la hacían sentir segura, como si nada malo pudiera alcanzarla en ese momento.

Wednesday, por su parte, observaba el techo, perdida en sus pensamientos. Sentía una mezcla de emociones: protección, cariño y una creciente atracción hacia Enid. Nunca había experimentado algo así antes, y aunque le asustaba un poco, también le emocionaba.

Enid se movió ligeramente, despertando de su sueño. Abrió los ojos y se encontró con la mirada de Wednesday, que la observaba con una mezcla de ternura y preocupación.

—Buenos días, Wedns —dijo Enid, con una voz suave y adormilada.

—Buenos días, Enid. ¿Cómo te sientes? —respondió Wednesday, acariciando suavemente el cabello de Enid.

—Mejor, gracias a ti. No sé qué habría hecho sin tu ayuda anoche —dijo Enid, sintiendo una oleada de gratitud.

Wednesday sonrió ligeramente, pero su expresión se volvió seria.

—Enid, no puedo dejar de pensar en lo que te hizo Ajax. No puedo permitir que algo así vuelva a suceder —dijo con determinación.

Enid suspiró, sintiendo el peso de la situación. Sabía que Wednesday tenía razón, pero también sabía que enfrentarse a Ajax no sería fácil.

—Lo sé, Wedns. Pero no quiero que te pongas en peligro por mi culpa —dijo Enid, con preocupación en su voz.

—No es tu culpa, Enid. Y no estoy dispuesta a dejar que alguien te haga daño. No mientras yo pueda evitarlo —respondió Wednesday, con firmeza.

Enid sintió una mezcla de alivio y miedo. Alivio por tener a alguien como Wednesday a su lado, y miedo por lo que podría suceder si Ajax descubría que estaba con ella.

—Gracias, Wedns. De verdad, gracias por todo —dijo Enid, acercándose un poco más a Wednesday.

Wednesday la abrazó con fuerza, sintiendo una conexión profunda con Enid. Quería protegerla, cuidarla, y tal vez, algo más.

—Siempre estaré aquí para ti, Enid. No estás sola —dijo Wednesday, con una voz suave pero firme.

El silencio se instaló entre ellas. Después de un rato, Wednesday se levantó ligeramente y miró a Enid.

—Vamos a ponerle más hielo a ese golpe. No quiero que te duela más de lo necesario —dijo, levantándose de la cama.

Enid asintió y se sentó en la cama, observando cómo Wednesday iba a la cocina y volvía con una bolsa de hielo. Se sentó junto a Enid y colocó la bolsa suavemente en su mejilla.

—¿Mejor? —preguntó Wednesday, mirándola con preocupación.

—Sí, mucho mejor. Gracias —respondió Enid, sintiendo el alivio del frío en su piel.

Wednesday la observó en silencio, sus ojos oscuros llenos de emociones. Enid también la miraba, sintiendo una atracción que no podía negar. Sus rostros estaban tan cerca que podían sentir el aliento de la otra.

—Wedns, yo... —comenzó a decir Enid, pero las palabras se quedaron atrapadas en su garganta.

Wednesday se inclinó un poco más, sus labios a solo unos centímetros de los de Enid. El tiempo pareció detenerse, y ambas sintieron una corriente eléctrica entre ellas. Pero justo cuando estaban a punto de besarse, un ruido en la calle las hizo saltar.

—Creo que deberíamos desayunar —dijo Wednesday, rompiendo el momento con una sonrisa nerviosa.

—Sí, claro —respondió Enid, sintiendo su corazón latir con fuerza.

Ambas se levantaron y se dirigieron a la cocina, tratando de recuperar la compostura. Aunque el momento había pasado, sabían que algo había cambiado entre ellas. Y aunque no sabían exactamente qué significaba, estaban dispuestas a descubrirlo juntas.

Mientras desayunaban, el ambiente era más relajado. Wednesday había preparado unas tostadas y café, y ambas disfrutaban de la tranquilidad de la mañana. De repente, alguien llamó a la puerta.

—¿Quién será a esta hora? —murmuró Wednesday, levantándose para abrir.

Cuando abrió la puerta, se encontró con Tyler, quien parecía sorprendido de verla.

—¡Tyler! ¿Qué haces aquí tan temprano? —preguntó Wednesday, tratando de ocultar su sorpresa.

—Hola, Wednesday. Solo quería pasar a saludar y ver cómo estabas —respondió Tyler, mirando por encima del hombro de Wednesday y notando a Enid sentada en la mesa.

—Oh, hola, Enid. No esperaba verte aquí —dijo Tyler, con una sonrisa.

—Hola, Tyler —respondió Enid, sintiéndose un poco incómoda.

Tyler entró y se sentó con ellas en la mesa. Aunque se sorprendió de que Wednesday y Enid se hubieran hecho tan unidas, no sospechaba que ambas se atraían. La conversación fue ligera y amistosa, pero había una tensión subyacente que ninguno de los tres podía ignorar.

—Bueno, no quiero interrumpir más. Solo quería asegurarme de que todo estaba bien —dijo Tyler, levantándose para irse.

—Gracias por pasar, Tyler. Nos vemos luego —respondió Wednesday, acompañándolo hasta la puerta.

Cuando Tyler se fue, Wednesday cerró la puerta y se volvió hacia Enid.

—Eso fue inesperado —dijo, con una sonrisa nerviosa.

—Sí, lo fue. Pero estoy feliz de que estés aquí conmigo, Wedns —respondió Enid, sintiendo una calidez en su pecho.

Wednesday se acercó a Enid y la abrazó nuevamente.

—Yo también, Enid. Yo también —dijo, sintiendo que, a pesar de todo, estaban en el camino correcto.

Nota del Autor:

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