First hearing after first hearing

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Wednesday no perdió ni un segundo. Con una determinación feroz, la besó nuevamente, esta vez con una pasión y un deseo aún más intensos. Sus manos se movieron con más confianza, explorando el cuerpo de Enid con una mezcla de urgencia y ternura. Bajó sus manos por la espalda de Enid, trazando cada vértebra con sus dedos, sintiendo la suavidad de su piel bajo la tela de su ropa.

Al llegar a la parte baja de la espalda de Enid, Wednesday tiró suavemente, atrayéndola más cerca, sintiendo cada curva de su cuerpo contra el suyo. Sus dedos se deslizaron bajo la tela de la blusa de Enid, recorriendo su piel caliente y suave, subiendo lentamente hasta llegar al borde de su sujetador. Allí, hizo una pausa, permitiéndose disfrutar del momento, del escalofrío que recorrió el cuerpo de Enid.

Enid, en respuesta, arqueó su espalda hacia Wednesday, sus propias manos moviéndose con igual fervor. Deslizó sus dedos por el cabello de Wednesday, tirando ligeramente antes de moverse hacia abajo, acariciando su cuello y luego sus hombros. La intensidad del momento se reflejaba en cada caricia, en cada suspiro y gemido que escapaba de sus labios.

Wednesday, sintiendo la urgencia del momento, deslizó una mano hacia la parte delantera de la blusa de Enid, desabrochando los botones uno por uno, cada clic resonando como un eco en la habitación. Cuando finalmente la prenda se abrió, Wednesday apartó la tela, revelando la piel desnuda de Enid. Sus labios se movieron desde la boca de Enid hacia su cuello, besándolo suavemente antes de bajar hacia su clavícula, dejando un rastro de besos ardientes.

Mientras sus labios exploraban, las manos de Wednesday se movieron hacia el sujetador de Enid, desabrochándolo con un hábil movimiento. La prenda cayó al suelo y Wednesday se tomó un momento para admirar la belleza de Enid, sus ojos recorriendo cada centímetro de su piel. Luego, sin más preámbulos, continuó su exploración, besando y acariciando cada parte de Enid, desde sus hombros hasta sus senos, cada toque encendiendo más la pasión entre ellas.

Enid, perdida en el momento, dejó que sus manos viajaran hacia la cintura de Wednesday, deslizándose bajo su camisa, sintiendo el calor de su piel. Con movimientos torpes pero decididos, empezó a quitarle la prenda, deseando sentirla aún más cerca, sin ninguna barrera entre ellas.

Wednesday se deshizo rápidamente de su propia ropa, sus manos nunca alejándose demasiado de Enid. La urgencia en el aire se volvió palpable, y ambas se encontraban casi sin aliento, sus cuerpos entrelazados en una danza de deseo y necesidad. Wednesday dejó que sus manos vagaran por todo el cuerpo de Enid, explorando cada rincón, cada curva, mientras sus labios seguían besando, lamiendo y mordiendo suavemente.

La pasión alcanzó su punto álgido cuando Wednesday, con un susurro cargado de deseo, dijo: "Eres mía, Enid." Las palabras resonaron en el aire, un recordatorio de la intensidad del vínculo que compartían. Enid respondió con un gemido, sus manos aferrándose a Wednesday, acercándola aún más.

Wednesday no pudo evitar que una sonrisa traviesa se asomara en sus labios mientras sus manos exploraban con mayor fervor. La habitación parecía haberse reducido al espacio entre sus cuerpos, la intensidad de su conexión envolviéndolas por completo.

Wednesday se tomó su tiempo, explorando cada centímetro de la piel de Enid con sus labios y manos, permitiendo que la pasión creciera en oleadas. Bajó por el torso de Enid, sus manos acariciando su cintura, deslizando suavemente sus dedos hacia abajo, explorando con una mezcla de ternura y deseo creciente. Al llegar al borde de la falda de Enid, Wednesday se detuvo un momento, mirándola a los ojos, buscando y encontrando el mismo deseo reflejado en ellos.

—Te deseo tanto, — susurró Wednesday antes de continuar, sus dedos hábiles desabrochando la falda de Enid y dejándola caer al suelo. Enid, respirando con dificultad, se dejó llevar por el momento, sus manos moviéndose con igual urgencia por el cuerpo de Wednesday, sintiendo cada músculo, cada curva bajo sus dedos.

 Con una caricia suave y cuidadosa, deslizó sus dedos hacia el calor y la humedad de Enid, sintiendo cómo su cuerpo respondía con un temblor de anticipación.

Enid soltó un gemido suave, sus caderas moviéndose instintivamente hacia los dedos de Wednesday, buscando más contacto. La tensión en el aire se hizo palpable, cada respiración entrecortada, cada gemido aumentando la intensidad del momento.

Wednesday comenzó con un ritmo lento y constante, sus dedos moviéndose con cuidado dentro de Enid, explorando, sintiendo cada reacción, cada respuesta a su toque. Sus labios no abandonaron los de Enid, manteniendo el beso profundo y apasionado mientras sus dedos trabajaban para llevarla al límite del placer.

Enid arqueó la espalda, sus manos aferrándose a los hombros de Wednesday, sus uñas clavándose ligeramente en la piel mientras el placer crecía dentro de ella. Sus respiraciones se volvieron más rápidas y superficiales, su cuerpo respondiendo a cada movimiento, cada caricia.

Wednesday, sintiendo el aumento de la tensión en el cuerpo de Enid, añadió otro dedo, profundizando la conexión, buscando llevarla aún más cerca del clímax. Sus movimientos se volvieron más rápidos y decididos, sus dedos encontrando el ritmo perfecto para llevar a Enid al borde del abismo.

—Wed- wednesday—, gimió Enid, su voz cargada de necesidad y deseo. —N-no pares, por favor. —

Wednesday sonrió contra los labios de Enid, sus movimientos nunca cesando. —No pienso parar, — susurró, su voz ronca y llena de promesa.

El clímax de Enid llegó en una ola de placer intenso, su cuerpo temblando mientras el orgasmo la arrasaba. Wednesday la sostuvo, sus dedos disminuyendo su ritmo, pero manteniendo el contacto, prolongando el placer el mayor tiempo posible. Besó a Enid con ternura, sus labios moviéndose suavemente mientras sus dedos salían lentamente de su interior.

Enid se quedó jadeando, sus ojos cerrados, su cuerpo aún temblando por la intensidad del momento. Wednesday la abrazó con fuerza, susurrando palabras de amor y consuelo mientras ambas recuperaban el aliento.

—Te amo, Enid, — susurró Wednesday, su voz suave y llena de emoción.

—Y yo a ti, Wedns, —respondió Enid, su voz apenas un susurro, pero cargada de sinceridad y amor.

Wednesday, con un gesto suave y lleno de ternura, tomó la mano de Enid y la guió hacia su cama. La habitación estaba en penumbra, iluminada solo por la tenue luz de la luna que se filtraba a través de las cortinas.

Se recostaron juntas, el cuerpo de Enid acurrucado contra el de Wednesday. La sensación de cercanía y seguridad envolvió a ambas mientras se acomodaban en la cama. Wednesday rodeó a Enid con sus brazos, atrayéndola hacia sí, sintiendo la calidez y la suavidad de su piel.

los labios de wednesday  rozaron  la frente de Enid en un beso suave y lleno de amor.

Los latidos de sus corazones comenzaron a sincronizarse, creando una melodía tranquila que llenaba la habitación. La respiración de Enid se volvió lenta y regular, su cuerpo relajándose completamente en los brazos de Wednesday. Sentir el peso y el calor de Enid contra ella trajo una sensación de paz profunda a Wednesday, algo que rara vez experimentaba.

Mientras el sueño las envolvía, Wednesday acarició suavemente el cabello de Enid, disfrutando de cada momento de intimidad y tranquilidad. La tensión y la pasión de la noche dieron paso a una calma serena, un recordatorio de la profunda conexión que compartían.

En la quietud de la noche, ambas se dejaron llevar por el sueño, abrazadas y entrelazadas, sabiendo que habían encontrado algo verdaderamente especial en la otra. 

pero las chicas no se pusieron a pensar las consecuencias de todo esto...

Nota del Autor:

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