Perspectiva de Wednesday:
No entendía qué me estaba pasando en ese momento, menos cuando las dos personas que me tenían confundida de repente se encontraban juntas en un mismo sitio. Todo era raro para mí. Lo único que tenía claro era que la venganza hacia Ajax iba a ser cruel. Yo me encargaría de hacer lo posible para que no volviera a lastimar a Enid. Él no le podía hacer nada, no si ella permanecía conmigo.
Toda la noche planeé mi venganza. Mis pensamientos eran oscuros y calculadores, cada detalle debía ser perfecto. Ajax pagaría por lo que le había hecho a Enid. No podía permitir que alguien tan despreciable siguiera lastimándola. Mientras Enid dormía a mi lado, su respiración tranquila me daba fuerzas para seguir adelante con mi plan.
Esa noche, me aseguré de que Enid estuviera segura en mi casa antes de salir. Le dije que tenía que hacer algunas cosas y que volvería pronto. No le di más detalles, no quería preocuparla. Sabía que lo que estaba a punto de hacer no era algo que ella aprobaría, pero era necesario.
Me dirigí al lugar donde sabía que encontraría a Ajax. Había investigado sus movimientos y sabía que frecuentaba un bar en las afueras de la ciudad. Me aseguré de llevar todo lo necesario para la confrontación.
Cuando llegué, lo vi sentado en una mesa, riendo con algunos amigos. Pero habia algo sospechoso en Ajax y sus amigos, aunque en el momento no le tome importancia, tenia que hacer lo que tenia planeado. La rabia me invadió al verlo tan despreocupado, como si nada hubiera pasado. Me acerqué a él con paso firme, y cuando me vio, su sonrisa se desvaneció.
—Wednesday, ¿qué haces aquí? —preguntó, tratando de sonar casual, pero pude ver el miedo en sus ojos.
—Tenemos que hablar, Ajax —dije con frialdad, tomando asiento frente a él.
Sus amigos se levantaron, pero con una mirada les hice entender que no era una buena idea intervenir. Ajax tragó saliva y me miró con nerviosismo.
—¿De qué quieres hablar? —preguntó, tratando de mantener la compostura.
—De lo que le hiciste a Enid —respondí, mi voz baja y peligrosa.
Ajax intentó reír, pero su risa sonó forzada.
—No sé de qué hablas —dijo, pero su voz temblaba.
Me incliné hacia él, mis ojos fijos en los suyos.
—Sabes exactamente de qué hablo. Y te aseguro que no voy a permitir que vuelvas a lastimarla —dije, sacando una pequeña navaja de mi bolsillo y colocándola sobre la mesa.
Ajax se puso pálido y miró a su alrededor, buscando una salida. Pero no había escapatoria.
—Escucha, no quería hacerle daño. Fue un accidente —dijo, su voz temblando.
—No me importa. Lo que hiciste tiene consecuencias —respondí, levantándome y acercándome a él.
Lo agarré del cuello de la camisa y lo arrastré fuera del bar. Nadie se atrevió a detenerme. Lo llevé a un callejón oscuro y lo empujé contra la pared.
—Si vuelves a acercarte a Enid, te juro que esto será solo el comienzo —dije, acercando la navaja a su rostro.
Ajax asintió frenéticamente, el miedo evidente en sus ojos.
—No lo haré, lo prometo. No me acercaré a ella —dijo, su voz apenas un susurro.
Lo solté y lo dejé caer al suelo. Me alejé, sabiendo que había dejado claro mi mensaje. Ajax no volvería a lastimar a Enid. No mientras yo estuviera cerca.
Cuando volví a casa, Enid estaba esperándome en el sofá, con una expresión preocupada.
—¿Dónde has estado, Wedns? Estaba preocupada —dijo, levantándose para abrazarme.
—Tenía que hacer algo importante. Pero ya estoy aquí, y todo está bien —respondí, abrazándola con fuerza.
Enid no preguntó más, y yo no ofrecí más detalles. Sabía que lo que había hecho era necesario, y aunque no podía compartirlo con ella, estaba segura de que había tomado la decisión correcta.
Mientras caminaba de regreso a casa, sentía una mezcla de alivio y tensión. Había logrado confrontar a Ajax y dejarle claro que no debía volver a acercarse a Enid. La satisfacción de haber tomado medidas para proteger a Enid era palpable, pero también había una sombra de inquietud en mi mente.
Al llegar a casa y ver a Enid esperándome, una oleada de calidez me invadió. Su preocupación por mí era evidente, y eso me hizo sentir una conexión aún más profunda con ella. La abracé con fuerza, sintiendo su calidez y fragilidad, y me prometí a mí misma que haría todo lo posible para mantenerla a salvo.
Sin embargo, no podía ignorar la oscuridad que había sentido al confrontar a Ajax. La rabia y la determinación que me habían impulsado eran intensas, y aunque sabía que había hecho lo correcto, no podía evitar sentir una cierta inquietud por la violencia que había estado dispuesta a usar.
Mientras Enid se acurrucaba a mi lado en el sofá, sentí una mezcla de protección y vulnerabilidad. Quería ser su refugio, su fortaleza, pero también sabía que había cruzado una línea que no podía deshacer. La mirada de miedo en los ojos de Ajax seguía grabada en mi mente, y aunque sabía que era necesario, no podía evitar preguntarme si había otra manera.
A lo largo de la noche, mientras Enid dormía a mi lado, mis pensamientos seguían volviendo a la confrontación. Sabía que había hecho lo que debía, pero también sabía que la violencia nunca era la solución ideal. Me prometí a mí misma que, a partir de ahora, trataría de encontrar formas de proteger a Enid sin recurrir a la oscuridad que había sentido esa noche.
En ese momento, mientras observaba a Enid dormir, sentí una mezcla de amor y responsabilidad. Sabía que haría cualquier cosa por ella, pero también sabía que debía encontrar un equilibrio entre protegerla y mantener mi propia humanidad. La venganza había sido necesaria. en ese momento abrace a Enid por detrás, era tan reconfortante. no podía evitar amarla, era indebido, pero no podía hacer nada al respecto.
Nota del Autor:
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No me Mires
RomantizmEnid y Wednesday, dos almas enredadas en una telaraña de secretos y emociones prohibidas. Sus vidas parecen perfectas: novios cariñosos, planes de futuro, pero bajo la superficie, algo burbujea. Las chicas sienten una atracción por la otra. Pero hay...