No me Mires

Acceptance

Las semanas siguientes fueron un torbellino de emociones y desafíos. La relación entre Enid y sus padres se mantenía tensa, aunque había pequeños avances. A pesar de su resistencia inicial, sus padres comenzaron a mostrar signos de aceptar la situación, aunque de manera lenta y reticente. Enid y yo sabíamos que aún quedaba un largo camino por recorrer, pero no estábamos dispuestas a rendirnos.

Un día, decidí que era hora de tomar una medida más audaz. Sabía que para que los padres de Enid realmente nos aceptaran, necesitaban verme y escucharme directamente. Era un riesgo, pero estaba dispuesta a asumirlo por el bien de nuestra relación. Le conté a Enid mi plan, y aunque estaba nerviosa, me apoyó completamente.

Una tarde, me vestí con mi atuendo más formal, tratando de proyectar una imagen de seriedad y respeto. Con el corazón latiendo con fuerza, tomé el tren hacia la casa de Enid, sintiendo la mezcla de miedo y determinación crecer con cada kilómetro que pasaba.

Cuando llegué, me detuve frente a la puerta de la casa de Enid, respirando profundamente antes de tocar el timbre. La madre de Enid abrió la puerta, y su expresión pasó de sorpresa a una mezcla de curiosidad y cautela.

"Hola, señora Sinclair," dije, esforzándome por mantener la calma. "Soy Wednesday Addams. Me gustaría hablar con usted y su esposo, si tienen un momento."

Ella dudó por un instante, pero finalmente asintió y me invitó a entrar. Me condujo al salón, donde el padre de Enid estaba sentado, mirándome con una mezcla de escepticismo y sorpresa. Me senté en el sofá frente a ellos, sintiendo la intensidad de sus miradas.

"Señor y señora Sinclair," comencé, mi voz firme pero respetuosa. "Sé que han pasado por mucho desde que se enteraron de la relación entre Enid y yo. Quiero que sepan que lamento cualquier dolor o confusión que esto haya causado. Pero también quiero que sepan que amo a su hija con todo mi corazón, y estoy aquí para demostrarles que nuestras intenciones son serias y genuinas."

Hubo un largo silencio mientras asimilaban mis palabras. Finalmente, el padre de Enid habló, su voz dura pero contenida. "¿Qué te hace pensar que eres la persona adecuada para nuestra hija?"

Tomé una profunda respiración antes de responder. "Sé que mi apariencia y mi comportamiento pueden parecer inusuales, y entiendo sus preocupaciones. Pero quiero que sepan que, a pesar de todo, haré todo lo que esté a mi alcance para asegurarme de que Enid sea feliz y esté segura. La amo profundamente, y estoy dispuesta a cambiar y crecer para ser la mejor pareja posible para ella."

La madre de Enid intervino, sus ojos llenos de una mezcla de emociones. "Nos ha sorprendido tu visita, Wednesday. Admito que no esperábamos esto. ¿Por qué decidiste venir sola?"

"Porque quiero que vean que soy seria," respondí. "Quiero que entiendan que mi amor por Enid no es una fase o una rebeldía. Es real y profundo. Estoy aquí porque creo que, con el tiempo, pueden llegar a ver eso."

Hubo otro silencio, más largo esta vez, mientras los padres de Enid intercambiaban miradas. Finalmente, el padre de Enid se levantó y se acercó a mí, mirándome directamente a los ojos. "Eres una joven muy valiente, Wednesday. No muchos tendrían el coraje de hacer lo que has hecho hoy."

La madre de Enid asintió, una leve sonrisa asomando en sus labios. "No puedo decir que entendamos completamente esta relación aún, pero vemos que te preocupas profundamente por nuestra hija. Eso es algo que no podemos ignorar."

El alivio inundó mi corazón mientras las palabras de aceptación comenzaban a resonar en la sala. "Gracias," dije, sintiendo las lágrimas amenazar con brotar. "Significa mucho para mí y para Enid."

El padre de Enid asintió lentamente. "Tal vez hemos juzgado demasiado rápido. Tal vez es hora de dejar de lado nuestros prejuicios y darles una oportunidad de ser felices."

La madre de Enid se acercó y me tomó de la mano, sus ojos brillantes de emoción. "Wednesday, eres bienvenida en nuestra casa. Y queremos que sepas que, a pesar de nuestras reservas iniciales, vemos lo mucho que te importa Enid. Y sí, eres muy hermosa. Creo que eres correcta para ella."

Sentí una oleada de gratitud y alivio al escuchar esas palabras. "Gracias," repetí, mi voz temblando por la emoción. "Prometo que haré todo lo posible para demostrarles que esta es la decisión correcta."

Cuando regresé al campus y le conté a Enid lo que había sucedido, sus ojos se llenaron de lágrimas de felicidad. Nos abrazamos con fuerza, sabiendo que habíamos superado un obstáculo monumental. Aunque sabíamos que aún habría desafíos por delante, este paso significativo nos dio la fuerza y la esperanza para enfrentar lo que viniera.

Nota del Autor:

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