Last day

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Perspectiva de Wednesday

Después del encuentro con la chica extrovertida, Enid dejó de hablarme mientras seguíamos explorando los hermosos lugares del mercado. Sentía su distancia como un cuchillo, y su silencio era ensordecedor. Cada vez que intentaba iniciar una conversación, me encontraba con una pared de frialdad y celos.

Cuando finalmente llegamos a la habitación del hotel, mi paciencia se había agotado. Cerré la puerta detrás de nosotras y me giré para enfrentarla.

—Enid, ¿entiendes que te amo? —dije, mi voz cargada de desesperación—. Mi corazón te pertenece completamente. Te amo como a nadie, mi amor, te amo demasiado. Estoy jodidamente enamorada de ti. Solo quiero que seas tú la única persona que pueda tocarme. Sabes que no me gusta el contacto físico, pero tú haces que quiera abrazarte sin soltarte nunca. Enid, me encantas.

La tomé por los hombros y la miré directamente a los ojos, mi respiración acelerada por la rapidez y la intensidad de mis palabras. Vi la lucha interna en su rostro, pero también vi el amor que sentía por mí. Lentamente, el hielo en su mirada comenzó a derretirse.

Enid no dijo nada al principio, pero en sus ojos se reflejaba una tormenta de emociones. De repente, dio un paso hacia mí, y antes de que pudiera reaccionar, empezó a besarme el cuello con una pasión desenfrenada. Cada beso se convertía en un chupetón, y cada marca era una declaración de propiedad.

—Eres mía —murmuraba entre beso y beso, sus labios dejando huellas ardientes en mi piel.

Sentí un escalofrío recorrer mi cuerpo y mis piernas casi fallaron. —Enid... —gemí, sin poder contenerme. La intensidad de sus besos, el sentimiento de posesión, todo me volvía loca.

Admití en un susurro entrecortado—. Me encanta verte celosa.

Perspectiva de Enid

Cada gemido que escapaba de sus labios me llenaba de una satisfacción intensa. Verla tan vulnerable, tan entregada, me hacía amarla aún más. Quería que el mundo entero supiera que Wednesday Addams era mía y de nadie más.

Perspectiva de Wednesday

Cada beso que Enid dejaba en mi cuello era una promesa de amor y posesión. Mis gemidos llenaban la habitación, y no podía evitar sentirme increíblemente viva bajo su toque. La sensación de su boca marcándome, reclamándome, era embriagadora.

—Enid... —gemí, sintiendo cómo mi cuerpo respondía a su pasión—. No pares, me encanta...

Verla tan determinada, tan segura de su amor por mí, hizo que todo valiera la pena. Sentí cómo el calor subía por mi cuerpo, y supe que nuestro amor era más fuerte que cualquier obstáculo.

Finalmente, cuando Enid terminó, me miró con una mezcla de satisfacción y amor en sus ojos.

—Ahora todos sabrán que eres mía —dijo, sonriendo triunfalmente.

—Siempre he sido tuya —respondí, acercándome a ella y besándola profundamente

Perspectiva de Wednesday

Desperté con el suave murmullo del mar y el cálido sol filtrándose por las cortinas de la habitación. Enid estaba acurrucada a mi lado, su respiración rítmica y tranquila. Hoy era nuestro último día de vacaciones, y quería que fuera inolvidable.

Deslicé mi brazo bajo su cuello y la desperté suavemente con un beso en la frente.

—Buenos días, mi amor —susurré.

Enid abrió los ojos lentamente y sonrió. —Buenos días, Wedns.

—Es nuestro último día aquí. Quiero hacer algo especial, algo que nunca hayamos hecho juntas —dije, mirándola con determinación.

Perspectiva de Enid

La idea de hacer algo especial en nuestro último día me llenó de emoción. Me incorporé y la miré con curiosidad.

—¿Qué tienes en mente? —pregunté, sintiendo la anticipación crecer.

Wednesday sonrió misteriosamente. —Hay un lugar que me gustaría mostrarte. Es un poco más alejado, pero prometo que valdrá la pena.

Nos vestimos rápidamente y salimos del hotel. Caminamos durante un rato, siguiendo un sendero que serpenteaba a través de un bosque denso. La mano de Wednesday se entrelazaba con la mía, y cada paso que dábamos parecía llevarnos a un lugar más mágico.

Finalmente, llegamos a una pequeña cueva oculta detrás de una cascada. El sonido del agua cayendo y la luz que se filtraba a través de las gotas creaban un ambiente casi irreal.

—Wow, Wednesday, esto es increíble —dije, maravillada por la belleza del lugar.

—Sabía que te gustaría —respondió ella, sonriendo.

Perspectiva de Wednesday

Ver la expresión de asombro en el rostro de Enid me llenó de alegría. Sabía que este lugar sería perfecto para nuestro momento especial. Nos adentramos en la cueva, y la atmósfera se volvió aún más mágica. La luz del sol atravesaba la cascada, creando un arco iris que iluminaba el interior.

—Este es nuestro lugar secreto —dije, tomando sus manos—. Quiero que recordemos este momento para siempre.

Nos sentamos en una roca plana, y el sonido del agua nos envolvía en una burbuja de tranquilidad. Miré a Enid y supe que estaba a punto de hacer algo que cambiaría nuestras vidas para siempre.

Perspectiva de Enid

Mi corazón comenzó a latir más rápido cuando vi la seriedad en los ojos de Wednesday. La miré, sin poder contener la emoción.

Wednesday tomó aire profundamente, sus ojos fijos en los míos.

—Enid, quiero que este momento sea uno que recordemos para siempre. No importa dónde estemos ni qué estemos haciendo, siempre quiero estar contigo. Eres mi hogar, mi paz, mi todo.

Sentí las lágrimas llenar mis ojos mientras asentía vigorosamente.

—Sí, Wednesday, yo también quiero eso —respondí, abrazándola con fuerza.

Nos besamos bajo la luz del arco iris, sellando nuestra promesa de amor eterno en aquel lugar mágico.

Perspectiva de Wednesday

La emoción en los ojos de Enid y su respuesta afirmativa me llenaron de una felicidad indescriptible. Nos quedamos abrazadas, disfrutando del momento y del lugar que ahora era aún más especial para nosotras.

Pasamos el resto del día explorando los alrededores, nadando en la laguna y disfrutando de la naturaleza que nos rodeaba. Cada momento era perfecto, y sabíamos que este día quedaría grabado en nuestros corazones para siempre.

Perspectiva de Enid

Esa noche, mientras regresábamos al hotel, no podía dejar de sonreír. Todo había sido perfecto, desde la cueva hasta nuestras promesas. Sabía que nuestra vida juntas estaría llena de momentos mágicos y de amor incondicional.

—Te amo, Wednesday —dije, recostándome en su hombro mientras caminábamos.

—Y yo a ti, Enid —respondió ella, besándome suavemente en la frente.

Cuando finalmente nos fuimos a dormir, nos abrazamos con fuerza, sabiendo que el futuro nos deparaba muchas más aventuras y momentos especiales. Estábamos más enamoradas que nunca, y nada podría cambiar eso.

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⏰ Última actualización: Aug 07 ⏰

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