Perspectiva de Enid:
Desperté lentamente, sintiendo el calor y la seguridad de los brazos de Wednesday alrededor de mí. La noche había sido intensa y llena de pasión, y ahora me sentía completamente tranquila. Sin embargo, algo me hizo abrir los ojos y buscar mi celular en la mesita de noche. Al desbloquearlo, vi una notificación que me heló la sangre: tenía más de 40 llamadas perdidas. Eran todas de Ajax.
¿Otra vez? Pensé con molestia. Recordé que había silenciado el teléfono para evitar cualquier interrupción durante la noche, y ahora entendía por qué no había oído nada. Justo cuando estaba a punto de ignorar las llamadas, mi teléfono vibró nuevamente. Ajax estaba llamando otra vez.
Suspiré y respondí, preparándome para cualquier cosa que él pudiera decir. —¿Qué pasa, Ajax? — Dije, tratando de mantener la calma.
—¡Enid! ¿Dónde demonios estás? ¿Por qué te fuiste sin decir nada? — Su voz estaba llena de desesperación, casi llorando. No entendía por qué estaba tan alterado.
—Estoy con Wednesday,— le respondí con firmeza. —Déjame en paz, Ajax. —
—Enid, tienes que saber lo que hizo Wednesday,—continuó él, sin bajar la voz. —Me amenazó. ¡Me amenazó con una navaja! Casi me la clava. —
Me quedé en shock, mi mirada se deslizó hacia Wednesday, que estaba durmiendo profundamente a mi lado, ajena a la conversación. Mis pensamientos eran un torbellino de confusión y miedo. Corté la llamada sin decir una palabra más, incapaz de procesar todo lo que Ajax había dicho.
Me levanté lentamente de la cama, tratando de no despertar a Wednesday, pero mis movimientos la hicieron abrir los ojos. —¿Qué pasa, Enid? — murmuró con una voz adormilada, pero inmediatamente notó la tensión en mi rostro.
—Ajax me llamó, —dije, mi voz temblando ligeramente. —Me dijo que lo amenazaste con una navaja. ¿Es eso cierto? —
Wednesday se incorporó, su expresión pasó de la confusión a la seriedad. —Sí, lo hice, — admitió sin rodeos. —Se lo merecía. Estaba interfiriendo entre nosotras. —
—¡Eso no está bien, Wednesday!—exclamé, la frustración y el miedo mezclándose en mis palabras. —No puedes ir por ahí amenazando a la gente con una navaja. ¡Eso no es una forma de reaccionar! —
Wednesday me miró, sus ojos oscuros llenos de una mezcla de desafío y arrepentimiento. — Él no te merece, Enid. Haré lo que sea para protegerte. —
—No quiero ser protegida de esa manera, —dije, mi voz rompiéndose. — No puedes hacer justicia por tu cuenta. Ajax es un idiota, sí, pero no merece que lo amenacen con una navaja. —
La habitación se llenó de un silencio tenso. Podía ver las lágrimas acumulándose en los ojos de Wednesday, pero me sentía tan abrumada y herida que no podía consolarla. — Necesito un tiempo, —dije finalmente, sintiendo un nudo en mi garganta. —Necesito pensar. —
Me vestí rápidamente y salí de la habitación, dejando a Wednesday sola y llorando. Sentía que mi corazón se rompía con cada paso que daba, pero no podía quedarme. Necesitaba espacio para procesar todo lo que había sucedido, para entender cómo íbamos a seguir adelante después de esto.
Mientras caminaba por los pasillos vacíos, las lágrimas comenzaron a rodar por mis mejillas. Amaba a Wednesday, pero no podía ignorar lo que había hecho. Tenía que encontrar una manera de reconciliar mi amor por ella con la realidad de sus acciones.
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No me Mires
Roman d'amourEnid y Wednesday, dos almas enredadas en una telaraña de secretos y emociones prohibidas. Sus vidas parecen perfectas: novios cariñosos, planes de futuro, pero bajo la superficie, algo burbujea. Las chicas sienten una atracción por la otra. Pero hay...