Capítulo dez e seis

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Um destino no Brasil

05/11/23

Estábamos todos reunidos en la mesa, disfrutando de una deliciosa carne asada. Los chicos hablaban de fútbol y de sus próximos partidos.

—¡Hey muchachos! Tenemos que ponernos pilas porque en 2024 está la Copa América y tenemos que ganar —dijo James con entusiasmo—. Tenemos un equipo demasiado poderoso, con todas las de ganar. ¡Que se prenda esta mierda, hijueputa! ¡Donde ganemos, me emborracho cinco días de seguido, ome!

—Ja, juepucha, que se agarre todo el mundo porque se vino la mejor selección. La próxima semana nos ponemos pilas para hablar con Néstor Lorenzo y a ganar esa copa —agregó Lucho Díaz con una sonrisa.

Terminamos de comer y los chicos se pusieron a cantar vallenato y a recochar. Richard me tomó de la mano y dijo:

—Venga, mi amor, bailemos un ratico.

—Ay no, amor, me da pena —dije riendo.

—¿Pena de qué? Venga pa' acá —respondió, jalándome hacia él.

Empezamos a bailar merengue al ritmo de "Procura" y "Nuestra Canción". La alegría se sentía en el aire, todo era risas y buena música. De repente, mientras estaba acostada en el mueble viendo videos, me llegó una llamada de mi mamá. Salí de la casa y me hice en una esquina para contestar.

—Aló, hola mami bella, ¿qué más? ¿Cómo va todo, mami? —dije.

—Hola mi vida preciosa, bien mami, todo va bien, ¿cómo está usted?

—Bien mami, feliz, contenta, todo está saliendo perfecto.

—Ah bueno, mi cielo, ¿va a venir a quedarse acá con Richard?

—Sí mami, yo creo que... —no terminé de responder, ya que alguien me arrebató el celular y sentí como me tapaban la boca y me cargaban como un costal de papas corriendo.

—¡Soltame, James David! —grité hasta que sentí que caía al agua.

Salí y me puse a perseguir a James por toda la casa.

—¡Vení, malparido, te voy a matar! —dije riendo hasta que me caí al piso, ya que estaba mojada.

Richard me ayudó a levantarme.

—Ay amor, la ropa, se va a dañar —dijo preocupado.

—¿Usted se preocupa más por la ropa que por mí? Uy no, Richard.

—Amor, noooo, venga más bien vamos a la casa y no se ponga a pelear, que ya está tarde y tengo sueño—dijo Richard.

—Pero estoy mojada, voy a mojar el carro, amor —dije.

—Le ponemos una toalla, vamos que ya estoy cansado.

Me despedí de todos, no sin antes tratar de mil maneras a James. Salimos y nos subimos al carro.

—Amor, venga le cuento pues —dijo Richard mientras yo me secaba el cabello—. Hoy me llamaron del equipo donde yo siempre he estado, Palmeiras, y me dijeron que tenían un partido muy importante, que si podía ir este mes que tengo de vacaciones. Y pues eso me pone muy contento, hace tiempo que no voy a Brasil, hace tiempo que no veo a mis parceros, y por eso estaba tan feliz. no le dije para que fuera sorpresa pero pues usted se enojó.

—¡Qué chimba, mi cielo! ¿Y usted qué les dijo, amor? ¿Va a ir? ¿Me va a dejar solita? —dije haciendo pucheros.

—No amor, ¿cómo se le ocurre? Me voy con usted, ¿cierto? Si se quiere ir conmigo. Allá nos arrunchamos bien rico en mi apartacho, y mire que así nos tomamos otras vacaciones antes de que usted se vaya y me deje acá solito.

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⏰ Última actualización: Jul 27 ⏰

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Richard Rios - Um amor secretoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora