Capítulo seis

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O Partido e o Confronto

19/10/23

Me recosté un rato en la cama cuando me llegó una notificación de Mojica. La abrí rápidamente y el mensaje decía: -Mi reina, arréglese que esta noche hay fiesta y la vamos a pasar chimba.- Yo no quería demostrar debilidad ante el equipo, además necesitaba distraerme. Me di una ducha y me puse un vestido corto color rosa palo con lentejuelas que resaltaba mi cuerpo. Mi cabello largo y oscuro me hacía ver como una diosa. Salí del hotel demostrando seguridad. El ambiente estaba lleno de furor y alegría. Saludé a todos los chicos y las chicas, tratando de mantener la compostura.

Lucho Díaz me vio y se acercó: -¿Qué tiene la niña consentida del equipo? No la veo con su misma felicidad de siempre.-

-Nada importante, solo necesito un trago,- respondí.

Fuimos a la barra y mientras pedíamos unas piñas coladas, noté a Valeria cerca, hablando con unas chicas. No le tomé importancia y seguí tomando mi piña colada.

-Sara, ¿podemos hablar un momento?- dijo una voz detrás de mí. Era Valeria. Suspiré y asentí, siguiéndola a un rincón más tranquilo de la fiesta.

-Quiero disculparme,- comenzó. -No quería que las cosas se salieran de control. No sabía que tú y Richard tenían algo.-

-¿Richard y yo?- respondí, tratando de mantener la compostura. -No quiero tus disculpas, Valeria,- la interrumpí. -Solo quiero saber la verdad.-

Me alejé y volví a la fiesta. Me encontré con Juanfer Quintero, un compañero que me caía bien.

-Vamos a bailar,- me dijo con una sonrisa, extendiendo la mano.

Acepté. Necesitaba despejarme un poco. Bailamos un par de canciones y Juanfer, notando mi cadencia, me dijo: -No dejes que eso te arruine las vacaciones, a veces hay que dejar ir para ser felices.-

Sus palabras resonaron en mí. Después de un rato, decidí tomar un respiro y caminar sola por la playa. El sonido de las olas y la brisa marina me ayudaban a calmarme. Regresé al hotel al amanecer con la mente un poco más clara y me acosté en mi cama, hundiéndome en un sueño profundo.

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20/10/23

Más tarde esa mañana, el sol volvió a iluminar la habitación. Me desperté sintiendo una mezcla de tristeza y resolución. Sabía que tenía que enfrentar mis sentimientos y tomar decisiones. Mientras bajaba al comedor para desayunar, vi a Richard en una esquina, hablando con Santiago. Sentí un nudo en el estómago pero mantuve la cabeza en alto.

-Sara, tenemos que hablar,- dijo Richard, acercándose.

-Sobre qué,- respondí, tratando de sonar indiferente.

-Sobre lo que pasó anoche. Quiero que me escuches,- dijo con urgencia en su voz.

-De acuerdo,- dije, caminando hacia un lugar más privado. -¿Qué quieres decirme?-

-Valeria no significa nada para mí. Fue un error, una confusión. Lo que siento por ti es real. Por favor, créeme,- dijo Richard, mirándome con desesperación.

-¿Cómo puedo creerte después de lo que pasó?- dije, sintiendo las lágrimas asomarse de nuevo. -Confié en ti, Richard. Pensé que teníamos algo bonito.-

-Lo sé y lo lamento profundamente. Haré lo que sea para recuperar tu confianza,- respondió él, tomando mis manos.

-No sé si eso sea posible,- dije, soltándome de su agarre. -Necesito tiempo para pensar.-

Me alejé de Richard y me dirigí a la playa, buscando claridad. Sabía que este viaje sería un punto de inflexión en nuestra relación. Mientras caminaba, recordé las palabras de Juanfer: -A veces hay que dejar ir para ser felices.- Tal vez tenía razón. Tal vez era momento de dejar ir y encontrar mi propia felicidad.

El día continuó y traté de disfrutar de las actividades con el equipo, aunque mi mente seguía volviendo a Richard y Valeria. Sabía que el camino hacia la claridad no sería fácil, pero estaba decidida a encontrar mi paz interior y seguir adelante.

Richard Rios - Um amor secretoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora