Capítulo doze

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01/11/23

Bem vindo a Cali

todos fuimos rumbo a nuestra casa. Apenas entramos, mamá vino corriendo hacia nosotros y nos abrazó diciendo:

—¡Mis niños bellos, Los extrañé demasiado! —No la veíamos hace dos meses, así que el reencuentro fue emotivo.

Por otro lado, los hijos de James salieron corriendo a subirse encima de él, tirándolo al piso, riendo y soltando unas cuantas lágrimas. A mamá y a mí también se nos escaparon algunas lágrimas. Esa tarde la pasamos en familia, viendo películas. Yo estaba en mi habitación desempacando mis cosas.

Durante la cena, mamá propuso que invitáramos a los chicos del equipo para almorzar.

—¿Quieren invitar a los chicos del equipo mañana para almorzar? Hace tiempo que no veo a esos chinos—preguntó.

James accedió rápidamente y tomó su teléfono para escribir en el grupo de la selección:

Selección Colombia 🇨🇴

—Hey chicos, mi mamá los invita a almorzar mañana. Vengan con su traje de baño que vamos a piscinear.

Después de comer, me puse a ayudar a mamá a lavar los platos y a limpiar. Mientras lo hacíamos, le conté todo lo que había pasado en Punta Cana. Mamá, muy emocionada, empezó a saltar de alegría y se le salieron unas lágrimas.

—¡Qué felicidad, mi niña! Tengo que conocer a ese muchacho —dijo, abrazándome.

Después de hablar, me fui a mi habitación, me puse pijama y hablé un rato con Richard hasta que me quedé dormida.

Después de hablar, me fui a mi habitación, me puse pijama y hablé un rato con Richard hasta que me quedé dormida

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02/11/23

Al día siguiente

Desperté temprano, ordené mi habitación, me di una ducha rápida y me puse un short con un top y unas zapatillas blancas. Mamá me llamó, así que bajé para desayunar. Empezamos a hablar en familia y mi hermano consideraba la idea de irnos a vivir a Medellín.

—El equipo me queda muy lejos y siempre es un gasto pagar pasajes de ida y vuelta —dijo James—. Igual yo rengo mi casa allá. Mientras tanto, nos quedamos en mi casa y después ya toca comprar una para mamá. Y usted, Sarah, ya tiene que empezar a ser una adulta responsable y comprar su propio apartamento.

—¿Me estás echando, hermanito? —le respondí en tono sarcástico—. ¿De qué hablas si yo todavía soy una bebé?

Nos reímos, y mamá se levantó diciendo:

—Bueno, mis amores, la conversa está muy chimba, pero tengo que ir a hacerles el almuerzo a los niños del equipo.

Ella se fue a la cocina y yo subí a mi habitación a terminar trabajos pendientes. Era la 1 de la tarde cuando empecé a escuchar que llegaba gente abajo, así que bajé y saludé a los chicos que habían llegado. Cuando vi a Richard, corrí a abrazarlo. Él me cargó y nos besamos, lo cual hizo que todos los presentes nos miraran.

Richard Rios - Um amor secretoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora