20 | INSIDE

11 5 0
                                    







BELLAMY DIO UN ESPASMO ANTES DE ABRIR los ojos, buscando la mayor cantidad de aire posible que pudo tener. Un viento frío le recorrió el cuerpo, haciendo que se estremeciera en la pequeña celda en la que se encontraba.

Asomó su cabeza, logrando ver dos cuerpos colgados de los pies con muchos tubos conectados a ellos y unas máquinas. Frente a él también pudo ver más celdas pequeñas con terrestres dentro.

El olor metálico de la sangre y el aroma ácido del sudor viejo invadían sus fosas nasales. Bellamy trató de levantarse, pero el peso de la desesperación le era casi tan pesado como su cuerpo. A través de la celda, pudo distinguir a los otros prisioneros terrestres, también atrapados en sus propias jaulas, con miradas perdidas y desesperadas.

Cuando sintió un tirón suave de cabello al lado, Bellamy se giró y vio a Arianne. Ella tenía una expresión entre aliviada y cansada, pero su sonrisa era sincera. Bellamy intentó estirarse hacia ella, su mano fría como el hielo le hizo pensar en lo mal que estaban las cosas. La realidad de su situación comenzó a asfixiarlo de nuevo, y su primer instinto fue intentar forzar la puerta de su celda, dando patadas y sacudiéndola con desesperación. El sonido metálico resonaba por el pequeño espacio, mezclándose con los gritos apagados de los demás prisioneros.

--Silencio--lo calló una terrestre a su lado que tenía la mirada perdida en algún rincón de ese tenebroso lugar--. Se llevan a los más fuertes.

--No puedo... No te entiendo--murmuró Bellamy.

--Dice que se llevan a los más fuertes--dijo Arianne, recordando lo poco que Harry le había enseñado cuando la tuvo en su cueva. Bellamy sintió una mezcla de impotencia y furia al entender que lo que les esperaba era mucho peor que lo que podían imaginar.

--¿Gente del cielo?--la chica de acercó con la mirada llena de odio antes de escupirle en la cara a Bellamy. No estaba seguro de por qué la terrestre que no conocía actuaba así, pero se sentía igual de perdido que antes.

--Asquerosa--le espetó Arianne.

--Asumi que nadie que dijo que ya no somos enemigos--Bellamy limpió su rostro, la frialdad de la saliva se mezclaba con la desesperación. Ella no contestó, así que volteó hacia su amiga--. Necesitamos salir de estas jaulas.

Arianne simplemente lo miró, cansada, y Bellamy se giró hacia su propia celda, intentando encontrar una salida. Cada intento por forzar la puerta resultaba en un fracaso doloroso. Arianne, con la cabeza apoyada en una de las paredes de la celda, parecía rendida.

--¿Y luego qué?

--Y luego mataré a todos en esta montaña--respondió Bellamy, aunque sus palabras no parecían convencer a nadie, ni siquiera a sí mismo. El sentimiento de impotencia crecía con cada segundo que pasaba.

--Bellamy, llevó más tiempo despierta que tú y he intentado todo lo que podía para salir--dijo Arianne apoyando su cabeza en una de las paredes--. Es imposible.

Sus intentos no habían tenido éxito. Ella estaba completamente derrotada, la esperanza se estaba desvaneciendo y la desesperación la consumía.

Bellamy se quedó allí, con la mirada fija en el frío metal de la celda. Cada intento de escape se sentía como un golpe en la cara. La realidad de su situación era brutal, y la idea de que se llevaran a los más fuertes no era nada alentadora.

El tiempo parecía no pasar, y el miedo de lo que estaba por venir se mezclaba con la determinación de no rendirse. A medida que Bellamy miraba a su alrededor, se dio cuenta de que no podía dejar que el miedo lo venciera. Había más en juego que su propia libertad; la supervivencia de todos ellos dependía de encontrar una manera de salir de esa pesadilla.

𝐒𝐇𝐀𝐃𝐄𝐒 𝐎𝐅 𝐂𝐎𝐎𝐋 ──── 𝐉𝐎𝐇𝐍 𝐌𝐔𝐑𝐏𝐇𝐘Donde viven las historias. Descúbrelo ahora