Intentaba dormir unas cuantas horas sin poder lograrlo. Era una de esas noches en las que por más que lo intentas, pruebas todo tipo de posiciones y todo tipo de hacks raros para lograr que te dé sueño, y eres incapaz de conseguirlo.“Linda, hoy un cliente dará una fiesta de inauguración por su departamento, llegaré tarde. Cena y ve a dormir, te quiero”
Ese fue el mensaje de mamá. Su frase, “llegare tarde” significa, no llegaré a dormir, no me preocupa, no es la primera vez que hace esto, su trabajo demanda mucho tiempo.
Aun que el sueño parece haberme abandonado está noche.
Algunas heridas que aún no cicatrizan en mi rostro, no me permiten descansar.Nunca fui lo suficientemente bonita y las heridas hacían que no soportara mirarme en un espejo.
Apenas sentía que mi cuerpo empezaba a entrar en calma, oi que alguien arrojaba piedras por la ventana, lo cual era demasiado inusual en esta privada.
Maldita sea... Que se valla al infierno cualquiera que este arrojando piedras a la ventana.
Intente ignorarlo, hasta que volvio el maldito ruido del cristal siendo golpeado.
Al mirar por la ventana, mi molestia se nublo al notar unos ojos miel tan encantadores como el dueño de estos.
Al verme abrir la ventana, sonrió.
—¿Aleck?—el asintió. Incluso su sonrisa me gustaba. Tal parece que todo en el me atraía. —¿Que haces aquí? Por favor vete, no deberías estar aquí, vete—esa hostilidad en mis palabras se sintió como un puñal en el pecho.
Por más que quisiera ser sincera y expulsar todo lo que siento por el, ya había lastimado a bastantes personas.
Aleck estaba con Rebeca, no quería que sufriera por un engaño, ya no quería lastimar a nadie.
—¿Por qué? ¿Es por el idiota que te golpeó el rostro?—enuncio. Le dedique una mirada fría. Volví a intentar cerrar la ventana.—¡Espera! Lo siento, no debí decir esa mierda—asenti, Aleck era muy intuitivo. O tal vez, Sebas abrió la boca cerca de el. —Si esto es por el estúpido novio y por qué en verdad lo quieras, te entenderé. Y ya me encargaré de desaparecer, no volverás a verme. Te lo prometo. Pero ambos sabemos que no es así.
No fui capaz de decir nada, solo cerre la ventana.
Debo estar perdiendo la cabeza... Mire mi rostro en el espejo, intente arreglarme un poco el cabello y reacomodarme mi pijama.
Sali corriendo de la habitación hacia la puerta principal, espero que Aleck siga afuera.
Gran plan Aleck. Increíble, fantastico. Imposible arruinarlo.
Debo parecer un demente aquí...Esto es tan cursi y tan estúpido.
Tome un par de piedras pequeñas y comencé a arrojarlas a la ventana, espero que sea la habitación de Emma.
Después de un par de golpes, en los cuales crei que terminaria rompiendo el cristal, mi linda pequeña abrió la ventana.Al intercambiar un par de palabras, parecía que solo había logrado molestarla.
Me golpeé mentalmente por todo lo que dije, soy tan idiota.
Me di vuelta decidido a irme.—Aleck...—la oí, al girar mi cuerpo note que ya estaba en la puerta principal. Me acerque a ella. —tengo un par de preguntas—sus mejillas se tornaron rojas.
Al mirar cada parte de ella, solo tenía una cosa en la mente.—hazlas. Soy un libro abierto para ti—sonreí. Ella me atrajo hacia adentro de la casa.
Al estar dentro, sus labios estaban rozando los míos.
Adiós autocontrol...
Acorte la distancia, volviendo a sentir sus pequeños, suaves y perfectos labios, fue un beso corto. Si todo salía bien, no sería la última vez que estaría cerca de ellos.
Después de ello, terminamos recostados abrazando al otro en la cama de su habitación, con miles de explicaciones seguidas. Las más descatables:
—¿Estás saliendo con Rebeca?—Emma comunico. Yo negué con una pequeña risa.
—nunca fue nada serio, si nos acostamos un par de veces—alce mis hombros de forma sinica—pero ambos sabíamos que no había nada más. Hasta que ella espero algo más y hasta ahora, sigue esperando algo que nunca va a pasar—finalice. Era la verdad, jamás tuve nada con Rebeca, con cada persona que me he metido, siempre me encargue de dejar claras mis intenciones.
Emma fue quien desintegro todo el mecanismo de mi mente. —¿Tú? ¿Que hay con el tal Marco?—exprese. Emma sonrió ante que yo no era capaz de recordar el nombre del chico idiota.
—¿mi rostro no es explicación suficiente?—negue con la cabeza, quería oírlo de ella. Saber su punto de vista. Ella se alzó de hombros. —no era feliz... Los momentos buenos se sentían agrios. Y los malos momentos, eran intensos...—suspiro, inevitablemente mis brazos tomaron más fuerza atrayendola hacia mi pecho.
—los insultos, se volvieron gritos, los gritos, se volvieron golpes. Una cosa llegó a la otra. Yo le menti—aclaro.—y la mentira tomo está forma, supongo que así se ven las mentiras expuestas al exterior... —señalo su rostro.
—te quiero...—solte sin pensarlo. Su cuerpo seguía aferrado al mío. —creo que debí dejar eso claro desde la primera vez que te bese...—tome su mano y bese sus nudillos.
Antes de soltarla, Emma dirijio mi mano a sus labios, depositando un casto beso en ella.—ambos debimos dejarlo claro.
—por dios Emma... No sabes cuanto deseo besarte...—susurre ante nuestras confesiones. Al intentar acercarme, ella me alejo.
—yo... Aleck, te quiero, pero quiero ir lento con esto—su forma de hablar me llenaba de ternura. Bese su frente.
—esta bien, esperaré lo que gustes. Mientras, sere lo que necesites, un amigo, una compañía, lo que necesites, yo estaré para ti...
Emma me sonrió. —te quiero, Aleck.
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Casette Sobre Casette #PGP2024
Romance¿Cuántas posibilidades hay de enamorarse de la misma persona en más de una ocasión? Si en verdad estamos enamorados, ¿Eso sería posible? Si no se logra, entonces, ¿Jamás hubo amor verdadero? Emma Black, conoció a Aleck White y ambos comenzaron a o...