Odio las clases de regularización...
Son tan tediosas que solo pensar en ellas me genera pesadez en el cuerpo, en un día normal pensaría en simplemente saltarme esas horas, pero me encuentro reprobando física.
Los exámenes de recuperación son en verano, por lo tanto, si tengo alguna materia que recuperar, mi carrera musical se verá afectada.
En verano, mi hermano y yo, tenemos planeadas una serie de conciertos por todo el continente.
Por lo tanto, necesito aprobar todo... Que complicado es ser yo...
La verdad, me encontraba haciendo garabatos sin sentido, intentaba dibujar el logo de dyblack.
Un artista anónimo, su logo es el dibujo de unos ojos preciosos, cada vez que los miro, estoy seguro de que ya los he visto antes, pero no encuentro el recuerdo de esos ojos.
—señor.... ¿Marco?—una dulce voz me desconecto de mis pensamientos.
—¿Perdón? ¿Que necesita, niña?—enuncio el maestro Marco.
—servicios escolares me han mandado aqui... Soy, Emma Black.
—oh... La chiquilla nueva, adelante, adelante, la estaba esperando—el hombre se aproximó a la puerta del aula. Le murmuró un par de cosas y ella asintió. —perfecto, a su lugar, que tiene mucho con que ponerse al corriente.
Coloco un libro en sus manos y ella volvió a asentir.
Se sento a mi lado, sin decir una sola palabra, o sin siquiera mirarme. ¿Me debería ofender por ello?
—hola, Hanna Montana—murmure en tono irónico.
—hola, perdón, no te vi—la note tragar saliva.
Espere unos segundos, tal vez diría algo más y lo hizo. —perdon, no me presenté, me llamo Emma Black.
—bonito nombre, Aleck, mi nombre es Aleck.
—¿Sin apellido?—solto una leve risa. —¿Sin abrigo?—respondí mirando su delgada camiseta.
Estaba temblando de frío. En Mercia, el clima es frío.
Me sorprende que no trajera consigo alguna chaqueta o suéter.—no sabía cómo era el clima aquí...
—no es agradable, pero te acostumbras—le dedique una sonrisa, Emma frotaba sus manos intentando generar calor. —¿Acaso no te gusta el frío?
Emma nego con la cabeza. Pareciera que hasta ahí llegó nuestra interacción, pero al verla temblando de frío, no podía dejarla así.
Me quite el abrigo que tenía puesto. Honestamente no me importa dárselo, podría comprarme diez más de esos.
—lo necesitas más que yo—sonreí. Sus ojos se conectaron con los míos.
Verde esmeralda, con un brillo tan particular, un destello que entre más tiempo me miraba, parecía hacerse más luminoso.
Esos ojos... Ya los he visto antes...
—estas temblando, tómalo—insistí.
—no, lo tenías puesto—mordió ligeramente su labio.
Sus labios estaban pálidos, casi igualando el tono de su piel, sus mejillas tenían más color que sus labios igual que su nariz.
Su largo cabello castaño, llegando a ser rubio, bonito cuerpo.
Estoy seguro de que ella es la chica que recién se mudo, recuerdo verla hace unos días, con el cabello desalineado, tomada del brazo de otra chica pelinegra, un poco más alta que ella.
—no volvere a insistir, tómalo, lo necesitas—finalice. Está vez no espere una respuesta de su parte, coloque el abrigo sobre sus hombros.
—¿Te gusta dyblack?—señalo mi cuaderno.
—¿Y a quien no?—sonreí. —estaba intentando dibujar su logo, aún que no se parece mucho al original—aparte la hoja del cuaderno.
—a ella le gustaría el dibujo, es bueno—la oí murmurar.
—apuesto que sus ojos no se comparan con un simple dibujo—solte una risa, mientras guardaba el cuaderno.
No había notado que Emma se había acercado a mi para seguir mirando el dibujo, al girar en su dirección, pude apreciar sus ojos con mayor claridad...—lindos ojos—mi voz salió en un leve balbuceo. Emma trago saliva—lo mismo digo—tartamudeo después de parpadear un par de veces.
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Casette Sobre Casette #PGP2024
Roman d'amour¿Cuántas posibilidades hay de enamorarse de la misma persona en más de una ocasión? Si en verdad estamos enamorados, ¿Eso sería posible? Si no se logra, entonces, ¿Jamás hubo amor verdadero? Emma Black, conoció a Aleck White y ambos comenzaron a o...