2 | ¿clases?

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Había llegado a la escuela con mucha emoción, quería contarle a Gus sobre mi idea, él me ayudaría a encontrar a la indicada que fuera mi "profesora".

Es la idea más ridícula que he escuchado en toda mi vida – me dijo Gus burlándose de mi.

Dile eso a Fernanda a ella se le ocurrió – en realidad ella lo había dicho como una broma y yo lo había tomado tan en serio, pero es que me había parecido una gran idea.

Ella estaba bromeando – me dijo entre risas.

Está bien, tienes razón, pero ella me dio la idea.

¿Y ella te dará las clases?.

No, dice que es una mujer muy ocupada.

Gus no parecía tomárselo muy en serio, y bueno era verdad, era demasiado rídiculo, pero vaya que ayudaría bastante.

Deja de burlarte de mi grandiosa idea – reímos los dos. Me reí por convivir en realidad, porque no me parecía tan tonta esa idea.

¿Y si le dices a la más cursi del mundo? – preguntó con una sonrisa burlona, ya no sabia si era por mi o por lo que acababa de decir.

¿Cuál cursi?.

Aquí viene – me dijo señalando con sus ojos.

Adivinen quién acaba de reprobar su examen de Artes, la profesora me odia – parecía que quería llorar.

Hola Navarra – dijo Gus al mismo tiempo que me volteaba a ver, insinuándome a quien se refería hace unos segundos.

¿Tú reprobaste? – le pregunté sorprendido.

– ¿La que lleva puros dieces? – preguntó burlonamente Gus.

¿La cursi? – pregunté, era un pretexto para empezar a decirle sobre el plan que tenía. No tenía nada que ver, absolutamente no.

Sofía me miró anonada, era obvio.

Quiere que le des clases de amor – Gus fue directo al grano.

¿Clases de amor? – preguntó Sofía y se rió.

La verdad no había pensado en ese nombre, solo quería una chica que me ayudara a ser un mejor chico con las chicas, y dejar de tener el título con el que me tenían todas.

Por favor Sofía, sé que es rídiculo pero quiero dejar de ser un patán – supliqué.

Pero yo no hago milagros – bromeó, o tal vez era en serio.

Por favor – junté mis manos en forma de súplica.

¿Y yo gano algo? – se cruzó de brazos.

Ganas un abrazo de mi parte – bromeé.

Consíguele una cita con su crush – propuso Gus.

Sofía no dijo nada al respecto, como si Gus nunca hubiera dicho eso. La verdad es que aunque somos amigos desde siempre, nunca nos ha mencionado algún interés que haya tenido. Algún chico, nada.

Ya sé que quiero – sonrió –, bueno la profesora de Artes me reprobó y yo no lo merecía y tu eres muy bueno en las bromas pesadas...

¿A la profesora de Artes?, a ella no le hago bromas – negué varias veces.

La profesora de Artes odiaba a todos sus alumnos, si le hacía una broma era seguro que sería expulsado de la escuela y era lo que menos quería.

Es una lástima que no tengas una novia duradera, de verdad una lástima – fingió sentirse mal por mi, solo quería chantajearme.

Está bien, está bien – acepté antes de que decidiera arrepentirse.

Pensándolo bien, si es la idea más estúpida que he tenido. Pero todo es culpa de Fernanda, por darme la idea y yo modificarla para que fuera aún más estúpida. 

Aún sigo creyendo que es la idea más tonta – susurro Gus, sin que escuchara Sofía. Quizás creyó que si lo escuchaba ella se echaría para atrás.

Nos dirigimos a nuestra clase Sofía y yo, porque Gus no llevaba esta clase con nosotros. Supongo que tendríamos tiempo para hablar sobre el plan.

¿Y dónde te daré las clases? – me preguntó Sofía todavía con tono de burla, parecía no tomarlo en serio como Gus, pero decidí ignorar eso.

Si quieres en tu casa, para que no tengas que ir a la mía.

– Están mis hermanos todos los días, no creo que les agradaría la idea.

En la mía – anuncié.

Clases de amor. (Jos Canela) [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora