14 | skate

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Iba conduciendo hacia la casa de Sofía, a mi siguiente clase. Aún con miedo de toparme con sus hermanos, tenía que ser honesto.

Toqué el timbre de su casa, y después de unos minutos ella abrió la puerta.

Se hizo a un lado para que pudiera entrar. Al no recibir un saludo creí que nuevamente se encontraba enojada conmigo.

Bienvenido de nuevo – sonrió. Al parecer no estaba enojada.

Agradecí con una sonrisa.

Creí que se encontraba sola, ya que sus abuelitos no estaban en la sala.

Hola Jos – se trataba de Karen quien bajaba las escaleras. Al parecer no estaba tan sola.

Hola – respondí.

Karen se dirigió hacia la cocina, mientras Sofía y yo seguíamos casi en la entrada de la casa.

¿Quieres empezar? – se giró sobre sus talones, sin esperar una respuesta por mi parte.

Pensé en que realmente no tenía ganas de tomar una clase, esto solo lo había hecho para poder encontentarla de alguna manera.

Realmente no tengo ganas – solté de una vez por todas.

Al instante giró hacia mi, me miró mal, tal vez lo había arruinado nuevamente.

No otra vez.

¿Entonces para que viniste? – preguntó aún mirándome mal.

Podemos hacer otra cosa – dije un poco inseguro, tal vez arruinaría más las cosas.

Meneó la cabeza negando.

¿No? – quería asegurarme de que realmente no quería hacer algo.

¿Cómo qué? – esta vez había cambiado su semblante a uno más feliz, o eso parecía.

No tenía alguna idea en mente, algo que pudiera ponerla feliz. Hasta que recordé que mi patineta se encontraba en la cajuela de mi auto.

¿Sabes patinar? – pregunté por fin.

En patines – afirmó aunque sonaba más como una pregunta.

No, en patineta.

Me miró esperando que lo que le había dicho hubiera sido una broma, pero no era así.

Negó repetidas veces.

No me subiré a eso – negó con las manos.

Ay vamos, no seas nerd – siempre la molestaba con eso, aunque al estar enojada no creí que fuera el mejor momento, me arrepentía de haberle dicho de esa forma.

Hizo una mueca bastante graciosa mientras pensaba en la respuesta.

Está bien – resopló.

Sonreí victorioso.

Karen, iré con Jos al parque – Sofía gritó hacia donde se encontraba su hermana.

Está bien – respondió Karen.

Salimos de la casa, y fui a sacar mi patineta de la cajuela de mi auto.

Cuando volví con Sofía, ella no dudó en arrebatarme la patineta, como si tuviera urgencia de aprender.

Se subió en ella, aún sin tener ni un poco de conocimiento.

¿Y ahora qué hago? – preguntó Sofía cuando ya estaba arriba de mi patineta.

Estaba a punto de caerse pero ella misma mantuvo el equilibrio.

Primero baja un pie – hizo lo que le indiqué – , no creas que se va a mover sola.

Le indiqué eso, ya que tenía sus dos pies encima de la patineta, y eso jamás haría que se moviera.

Además en un descuido se caería como le iba a pasar.

Ahora impúlsate con ese pie – le indiqué.

Estaba a punto de hacerlo pero la levantó de inmediato del piso.

No pienso caer en el pavimento – rió –, si caigo, caeré en el césped.

Lo cual significaba que esperaría a que llegáramos al parque, porque en si ella había propuesto ir al allí y ahora tenía sentido del por qué.

Llegamos al parque después de tratar a convencer a Sofía que no se caería por ningún motivo.

Antes de empezar la había visto pensativa, y era cierto, cuando empezó a hablar me di cuenta.

Se me ocurrió algo – sonrió.

¿Qué? – realmente si me intrigaba saber.

Ya que no le hiciste más bromas a la profesora de artes y no cumpliste del todo tu parte del trato – comenzó a decir y yo la miraba atento –, tendrás que enseñarme a patinar – sonrió cuando por fin terminó su "grandiosa" idea.

¿Quieres que sea tu profesor de skate? – pregunté tratando de llegar a una conclusión.

Asintió aún con una sonrisa.

Esta vez si colocó la patineta en el piso, para comenzar a aprender.

Se colocó en la posición que le había dicho anteriormente.

Ahora si, ¿que hago?

– Impúlsate – dije obvio.

Sofía hizo lo que le indiqué y salió bien, porque era la parte más fácil, faltaba aprender algunos trucos.

Vamos bien – le anuncié.

Tomé la patineta, ella debía tratar de imitar lo que yo hacía, algunos trucos.

Sofía se quedaba observando asombrada y negando que pudiera lograrlo, pero yo trataba de darle "ánimos".

Bien, mi turno – tomó la patineta y la colocó en el piso.

Se subió en ella, trató de impulsarse pero al momento de hacerlo perdió el equilibrio, la alcancé a tomar por la espalda y su cintura, pero el peso me había ganado y caí.

Ella cayó al instante encima de mi, todo su peso había causado que me golpeara fuertemente en la espalda.

Pero Sofía estaba tan cerca de mi.

Clases de amor. (Jos Canela) [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora