9 | enfrentamiento

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En realidad solo conocía a su hermano Alan, pero sabía que tenía dos hermanos más, una chica y un chico. Y por primera vez veía a su hermana, Sofía era idéntica a ella.

Hola Jos  – me dijo su hermana como si ya me conociera.

Hola – traté de recordar su nombre.

Karen – completó Sofía –, no la conocías ¿verdad?.

No – respondimos Karen y yo al unísono.

Traté de no ser obvio al observar toda la casa, es de mala educación, por eso fui discreto. Su casa era pequeña pero bastante bonita.

Abue, vino para continuar la clase – anunció Sofía y su abuelita sonrió dulcemente como asintiendo.

Eso quería decir que aquí todos sabían la razón por la cual estaba aquí, las ridículas clases.

– ¿Quieres agua o algo? – me preguntó Sofía.

No, gracias – sonreí.

Caminamos hacia el comedor porque ahí tomaría la clase dada por Sofía.

Veo que vas progresando, lo de hace rato – se refería a la puerta del auto – fue muy bueno, hazlo siempre.

Asentí.

También ¿sabes qué? – parecía que algo le había llegado a la mente.

¿Qué? – pregunté, a veces la clase se la llevaba tan rápido.

Aquella chica debe sentirse protegida contigo siempre – nuevamente aquella cara de chica enamorada, como si me contara una historia de amor.

Si ¿verdad?

Recordé a Romina, al parecer todo el tiempo me lanzaba indirectas sobre eso, pero era más fácil decirlo directamente ¿no?.

He llegado a la conclusión de que jamás te has enamorado – asentí –, todo te nacería.

Supongo que no – hice una mueca.

Será mejor que esperes a que sea la indicada – sonrió.

Se escuchó que abrieron y posteriormente cerraron la puerta principal, después se escucharon unos pasos hacía el comedor.

Sofía, ya llegaron y ya ves como son – Karen había llegado corriendo a advertirle a su hermana que sus temidos hermanos habían llegado.

Si ya llegamos – confirmó Alan llegando detrás de Karen.

Alan – sonrió Karen y luego volteó hacia él –, más te vale comportarte con Jos, sólo es su amigo y están estudiando.

Al parecer ambas le temían a sus hermanos, ¿por qué?, eso no era correcto.

Hola Alan – lo saludé.

Hola – me contestó serio.

Te estaré vigilando Sofía – esta vez dijo Iván quien llegó después de Alan, se dio la vuelta y se fue.

Miré a ambas hermanas, quienes se miraban asustadas.

No le hagas caso, yo los controlo, no te preocupes – me tranquilizó Karen y se fue hacia la sala.

Me protegen demasiado ¿sabes?.

Yo también protejo a mi hermana – traté de darle el lado bueno a la forma en que se comportaban.

La hermana de Sofía entró a la cocina.

¿Quieren pizza? – nos preguntó.

Vamos Jos – me indicó Sofía que fuéramos.

Fuimos hacía la sala donde estaban todos, en el centro estaba la pizza sobre una mesita.

Toma asiento – me dijo su abuelito amablemente.

Asentí agradeciendo.

Toma una rebanada – me dijo su abuelita.

Empezamos a hablar con sus abuelitos, pero los únicos que estaban en silencio eran Alan e Iván, estuvimos así durante 1 hora aproximadamente.

Hasta que tuve que irme. Me despedí de su familia dentro de la casa y de ella afuera.

Entonces te veo el lunes – me dijo Sofía con una sonrisa mientras salíamos de su casa –, en la escuela.

Iba a despedirse de beso, pero no me había percatado de eso, y me moví de lugar, quedando a centímetros de sus labios.

Ella al instante se alejó, qué incomodo.

Nos vemos – se dio la vuelta y se fue.

Clases de amor. (Jos Canela) [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora