13 | discusion

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Mientras Gus me contaba por enésima vez cuando se fracturó el brazo izquierdo a los diez años, yo me concentraba en descubrir que le pasaba a Miranda y a Sofía.

Según la hipótesis es sobre los celos de Sofía, pero ¿que tiene que ver Miranda?, ella también está enojada conmigo.

Y estuve en reposo durante casi dos meses – concluyó su historia.

Realmente no había escuchado nada de su historia.

Me levanté esperando que Gus me siguiera, iría a buscar a Sofía, le diría que tomaría clases con ella hoy.

Así podría estar a solas con ella y platicar sobre lo que le ocurría.

Esperemos que si – le dijo Miranda a Sofía.

Aunque después se percataron de nuestra presencia y se pusieron nerviosas. Nuevamente misteriosas.

Sofía – llamé su atención –, ¿cuando tomaré la siguiente clase?

Esperaba un «jamás» por respuesta, de tan enojada que estaba no me parecería raro que lo dijera.

¿Hoy? – mostró una sonrisa.

Ahora sonreía, qué raro. Gus tenía completamente la razón, las mujeres son tan complicadas.

Si – le devolví la sonrisa.

En mi casa – afirmó.

Pero, la vez pasada no me había ido tan bien al ir a su casa, con sus hermanos.

¿Segura?

– Hoy es completamente seguro – volvió a sonreír.

Ahora al parecer estaba bastante sonriente, que bipolar, pero no pensaba decírselo, no podía arruinarlo.

Me fui de ahí después de quedar en el horario para llegar a su casa a tomar la siguiente "clase de amor".

Canelita – era Megan, quien se había acercado demasiado a mi.

Le gustaba invadir mi espacio, era incomodo a veces.

Tomaría esta oportunidad para cancelarle, iba a ir con Sofía si quería descubrir que pasaba con ella.

No podré salir contigo – hablé nervioso.

¿Por qué no? – hizo un puchero bastante infantil.

Tengo cosas que hacer – mentí.

Será después – dijo aún sin quitar el puchero –, nos hubiéramos divertido – me guiñó el ojo.

Aún seguía sin apartarse de mi, seguía bastante cerca que sentía su respiración en mi cuello.

No puede – dijo detrás de ella, Miranda.

¿Qué quieres Miriam? – al parecer ni siquiera se sabía su nombre.

Soy Miranda – se cruzó de brazos.

No quería presenciar una pelea de chicas, no entendía por qué tanta rivalidad entre ellas, y tampoco por que Sofía la odiaba tanto.

Da igual – rodó los ojos Megan –, de igual forma es horrible.

Miranda soltó una risa burlona.

Pero al parecer no quería continuar con la pelea, no iba a seguirle la corriente a Megan.

Por mi parte no sabía que hacer, a menos que se agarraran a golpes haría algo al respecto.

Y además de horrible, bastante vulgar – parecía que Megan quería pelea.

Miranda sin pensarlo dos veces le dio una cachetada, seguramente le dejaría mejilla bastante roja.

Eres una estúpida – le gritó Megan.

Pero sin embargo Megan no le respondió el golpe y prefirió irse de ahí.

¿Por qué lo hiciste?

– Oíste lo que me dijo, Jos – respondió.

Asentí, tenía razón, era lógico.

La detesto – dijo casi gritando.

¿Por qué?

– Solo lastima a la gente – respondió mirando hacia otra parte menos a mi.

No sabía a qué se refería con eso, dejé que el silencio invadiera, esperando una explicación.

Solo olvídalo – resopló.

Asentí no muy seguro de aceptar esa respuesta.

Clases de amor. (Jos Canela) [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora