Clases de amor. (Jos Canela) [EDITANDO]

7 | cine

Gus eligió la película. Era una al parecer de terror, aunque yo había visto el trailer unos días atrás y en realidad no daba miedo.

– ¿Cómo vamos a sentarnos? – preguntó Miranda con su voz chillona.

– Tu junto a mi – respondió Gus con un poco de tono pícaro.

Algo me causaban ellos, y no era precisamente ternura ni nada por el estilo.

– Y de mi otro lado Sofía – añadió Miranda.

– Bien, a mi nadie me quiere – dije fingiendo tristeza, y rieron.

– Siéntate junto a mi, si quieres – dijo Sofía, aunque sonaba más por compromiso.

– Esta bien – respondí, resignándome al rechazo.

Había una pequeña fila para la sala, entonces nos formamos. Hasta que por fin entramos. Nos sentamos como habíamos quedado.

– De acuerdo, esto es incómodo – susurro Sofía.

Me había interrumpido la película, en realidad yo si estaba prestando atención aunque no fuera realmente buena.

– ¿Qué? – le pregunté confundido.

– Eso – volteó hacía donde están Gus y Miranda, besándose y no precisamente de la manera más tierna posible.

– Muy incómodo – nos reímos.

– Mejor platicaré contigo, ya me aburrió la película - hizo una mueca.

– Shhhhhhh – se escuchó detrás de nosotros.

– No cabe duda que todos te odian y todos quieren callarte – dije en voz baja con una sonrisa burlona, recordando a la profesora de Artes.

– Que gracioso – respondió con sarcasmo.

Prácticamente toda la película habíamos estado platicando Sofía y yo. Porque realmente no era entretenida la película.

Gus no debió haber elegido la película, ni siquiera la iba a ver.

Salimos de la sala después de una hora y media de aburrimiento y desesperación. Para caminar un rato por el centro comercial.

– Sólo me asusto un poco – dijo Miranda.

– Ustedes ni vieron la película – dijo Sofía hacía Miranda y Gus - ¡Que asco!.

– Cuando tengas novio no dirás lo mismo, pequeña asquerosa – le contestó Gus.

– Ustedes ni son novios – me burlé.

Ambos me miraron mal, pero no había dicho otra cosa más que la verdad.

Después estuvimos caminando por toda la plaza, y seguimos con esas "situaciones incómodas", supongo que no es malo, pero es la manera en la que lo hacen, para nada tiernos.

Gus nos llevo a todos a nuestra casa luego de estar más de dos horas caminando por toda la plaza.

– Gracias – agradecí por haberme traído, yo era el último.

Antes habíamos pasado a dejar a Sofía y Miranda.

Entré a mi casa y me di cuenta que nadie se encontraba ahí, qué extraño, ellas nunca salían.

Pero tal vez habían salido a comprar algunas cosas, pero era extraño que no me avisaran, no debía preocuparme ¿o si?.

Decidí encender la televisión, había una serie que acaba de empezar a ver la semana pasada, y era realmente buena.

Aunque hubo una interrupción, tocaban la puerta. Supuse que habían olvidado las llaves y estarían de regreso.

– Hola – dije un tanto sorprendido.