Por fin era sábado y no tenía planeado hacer algo. Bueno si. Quedarme en mi cama todo el bendito día.
Tal vez funcionaría, aunque el fin de semana pasado tenía el mismo plan, pero a mi mamá se le ocurrió justo ese día visitar a mis abuelos.
Este día nada ni nadie lo puede arruinar, o tal vez una llamada que justo estaba entrando.
Tomé el celular que se encontraba a un lado de mi cama, justamente en la mesita de noche.
– ¿Bueno? – contesté con una voz adormilada porque acababa de despertar.
– José, ¿vas a salir con nosotros? – me dijo al otro lado de la línea.
– ¿Quién habla? – pregunté aun con voz adormilada, y en realidad no sabía quien hablaba porque no me había tomado la molestia de revisar en mi celular.
– No seas idiota, soy Gus, ¿estabas dormido verdad?.
– Me despertaste – mentí.
– Te llamaba para saber si querías ir al cine con Miranda y conmigo, y también invitaré a Sofía.
– Tu amiga con derechos ¿no?.
– No la llamaría exactamente así.
– ¿Los chicos de ahora como llaman a las amigas con las que se besan? – reímos.
– Nos vemos allá Canela.
– ¿Cómo convencerás a Sofía?.
– Miranda lo hará – se rió. – Allá nos vemos.
Y después de eso terminó la llamada.
Miranda es la mejor amiga de Sofía, en realidad no sé porque lo es, ella es todo lo contrario que Sofía. Miranda es como todas las demás de la preparatoria muy exhibicionista, además de que se la vive en fiestas.
Hace un año organicé una fiesta en mi casa, ya que mi mamá y mi hermana habían salido todo un fin de semana. Resultó muy bien, durante un mes estuvieron hablando sobre aquella fiesta.
Fue una fiesta inolvidable, ese día descubrí por primera vez juntos a Gus y Miranda en mi habitación, fue espantoso.
Y por fin me decidí, levantarme de mi cómoda cama para prepararme y desayunar, para después de esto ir al cine con mis amigos.
Me encontré con mi mamá y mi hermana en el comedor.
– Empezaron sin mi – dije fingiendo tristeza.
– No íbamos a esperarte todo el día – respondió Fernanda y levantó una ceja.
– Hoy voy a salir mamá – anuncié mientras me sentaba.
– ¿Con tu maestra? – me preguntó Fernanda con tono de burla.
Mi mamá se giró hacia mi, y puedo jurar que estaba a punto de ahogarse con el bocado que se había metido.
– ¿Ahora sales con chicas mayores? – preguntó mi mamá demasiado sorprendida o asustada.
Fernanda estalló en risa.
– Mamá, es que las chicas de su edad lo rechazan – dijo Fernanda aún riendo.
– No es para nada gracioso, Fernanda – dije.
Después de intentar que olvidara la situación mi mamá, porque obviamente no le diría que tomo clases de amor es bastante vergonzoso, la convencí que me dejara salir.
– Sólo no llegues tarde Jos – me dijo con una sonrisa mi madre.
Salí de mi casa caminando, en primera: el cine no está tan lejos, y en segunda: quería caminar.
Llevaba un cuadra caminando y un auto paso a lado de mi. El de Gus. Me gritó desde su auto.
– Súbete Jos – dijo después de bajar la ventana del auto.
Me subí al auto, y me percaté de que Miranda venía de copiloto. Claro, me había robado mi lugar.
– Hola Miranda – dije sin mucho interés y solo por educación.
– Hola – respondió.
– ¿Y Sofía? — le pregunté a Gus.
– Dijo que llegaría sola allá.
Después de un largo camino llegamos al cine. Creo que yo hubiera llegado más rápido caminando. Al parecer Gus había tomado un camino más largo de lo normal.
– Hola, muy tarde – nos dijo Sofía apuntando a su muñeca de la mano, como si tuviera reloj.
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Clases de amor. (Jos Canela) [EDITANDO]
FanfictionLA NOVELA SE ENCUENTRA EN EDICIÓN. Jos no ha sabido tratar a las chicas, por esa razón nunca ha tenido relaciones duraderas ni mucho menos chicas a sus pies. Esto llevará a pedirle ayuda a una inexperta en el amor pero sin embargo sensible respecto...