Tenía mi cabeza recargada en mi mano izquierda, mientras mi brazo se encontraba recargado en mi comedor.
Llevaba un rato mirándola, en realidad esta vez no solo a sus ojos. Puede ser verdad lo que decía Alonso, Sofía es bonita.
– Practícalo – dijo Sofía.
Me había hecho salir de mis pensamientos, llevaba al menos media hora tomando la clase, pero a decir verdad no había escuchado ni una sola palabra... hasta ahora.
No sabía de qué hablaba.
– ¿Eh? – hablé regresando a la realidad.
– Que lo practiques – la miré nervioso, no quería que se enojara conmigo.
Se cruzó de brazos y rodó los ojos, al parecer ya se había dado cuenta de que no había puesto atención a nada.
– Te odio Jos – dijo aun enojada por no prestarle atención.
El sonido del timbre me había salvado de Sofía, o al menos eso había pensado, hasta que vi quien se encontraba detrás de esa puerta.
Alonso.
– Jos – exclamó, yo había abierto la puerta.
– ¿Cómo conseguiste mi dirección? – traté de sonar amable, pero no lo conseguí.
– Gus me la dijo – parecía no haber notado que me encontraba enojado.
Escuché pasos detrás de mi, y si, era Sofía, lo que menos quería era que apareciera.
– Alonso – exclamó feliz, como si lo conociera de toda la vida, que raro.
– Hola Sofía – inmediatamente sonrió como estúpido.
Empecé a pensar que de alguna manera había investigado que Sofía me daba clases de vez an cuando o algo por el estilo. No me parecía coincidencia que apareciera justo cuando ella estaba en mi casa.
– No sabía que estabas aquí – dijo Alonso para Sofía.
«Ajá, si claro», pensé.
Busqué algún pretexto para decirle, no iba a decirle la verdad a él; pero Sofía se adelantó.
– Le doy clases.
No le digas, Sofía, ten piedad.
– ¿Tan mal vas en la escuela, Jos? – una sonrisa burlona apareció en su rostro.
Espero que siga pensando eso sin seguir pidiendo explicaciones.
– Oh, no, él es buen estudiante – soltó una risita Sofía –, soy otro tipo de clases.
No le digas, Sofía.
Él me miró confundido más a mí que a ella, parecía esperar una respuesta por mi parte que lógicamente no le daría.
– Le enseñó a ser menos patán con las chicas, las llamamos "Clases de amor" – ambos rieron.
Gracias Sofía, te lo agradezco.
– Lo hubieras conocido antes – comenzó a decir Alonso –, las chicas se quejaban de su comportamiento.
– Le sigue yendo de la misma manera – rió.
Yo solo observaba la escena en la que se burlaban de mi, no quería decir nada, porque lo único que saldría sería insultos a Alonso.
– Gracias por recordarlo – murmuré.
Ambos me miraron aún riendo, parecía que se llevarían de maravilla, qué bueno, me alegraba bastante, no saben cuánto.
Ellos parecían estarse conociendo aún más, quería hacer algo al respecto, es decir, no quería que me quitara a mi mejor amiga.
Pero por más que quería opinar algo, no podía. Dejaría que las cosas fluyeran, si tenía que robármela lo dejaría, después de todo las cosas pasan por algo.
NO, NO, NO.
Debo hacer algo.
Rodeé a Sofía con uno de mis brazos, para marcar territorio de amigos.
Alonso me miró confundido, y yo solo decidí ignorarlo por completo.
– Tengo que irme – se alejó de mí Sofía, para después despedirse de nosotros.
La acompañamos a la puerta, ambos, solo yo debía hacerlo, es mi casa, y yo acompaño a las visitas cuando tienen que irse.
– ¿En serio no te gusta? – se recargó en el marco de la puerta, mientras yo miraba como se alejaba Sofía.
– No – ¿no podía entender que no?.
– De acuerdo – suspiró.
Regresamos a la sala, para poder platicar, aunque en realidad yo no tenía un poco de ganas de platicar con él.
A menos que fuera para decirle que se alejara de Sofía, que se consiguiera a otra mejor amiga.
– ¿Eres mi amigo? – preguntó mientras miraba hacia el techo.
Asentí, aunque él no pudiera verme.
– Necesito de tu ayuda – comenzó a decir –, es sobre Sofía.
Apreté mis puños, ya sabía por donde iba todo este tema de conversación.
– Cuando salgamos los tres, quiero que tú te vayas.
Abrí los ojos como platos, ¿en serio me había pedido eso?, era bastante cruel, y me hacía sentir que la sangre me hervía.
– Quiero estar a solas con ella, conocerla más – sonrió como un "enamorado".
La acababa de conocer y ya se sentía con él derecho de decirme que hacer respecto a ella.
Bufé, pero al parecer él no lo había notado.
Era mi mejor amigo de la infancia después de todo, ¿que podía pasar si lo hacía?, después de todo... no son celos.
ESTÁS LEYENDO
Clases de amor. (Jos Canela) [EDITANDO]
FanfictionLA NOVELA SE ENCUENTRA EN EDICIÓN. Jos no ha sabido tratar a las chicas, por esa razón nunca ha tenido relaciones duraderas ni mucho menos chicas a sus pies. Esto llevará a pedirle ayuda a una inexperta en el amor pero sin embargo sensible respecto...