En el inicio, no había nada. Todo era materia en un espacio infinitamente denso.
Solo una criatura reinaba sobre lo que hoy conocemos como planeta. Esta entidad, rebosante de poder, decidió crear los cielos, lo que luego sería conocido como la contraparte del suelo. Ese mismo día, creó la tierra bajo los pies de todos los seres vivos.
Pasaron los días, los días se convirtieron en años y siglos. Finalmente, el ser majestuoso decidió crear su obra más grandiosa: la raza Dragón.
Esta raza fue bendecida con un poder sin igual. Maravillado por su creación, el ser decidió crear más y más razas: Humanos, Elfos, Demonios, Druidas, y muchas más.
Al principio, le resultó fascinante su creación más débil y delicada: los humanos. A pesar de sus cortas vidas, estos luchaban día a día por vivir mejor, por alimentarse y proteger a los suyos.
Sin previo aviso, el ser celestial desapareció sin dejar rastro, sumiendo toda su creación en el temor. Por más que oraran o pidieran ayuda, los humanos, Y las razas débiles eran masacrados sin piedad por los mas fuertes...
Sin embargo, en medio de tanto dolor y sufrimiento, descubrieron que el dios que los había abandonado les había dejado un regalo especial. Ese regalo era ortogado a 9 individuos de entre todas las razas que supuestamente eran las menos fuertes.
Dicho poder se despertaba a los 15 años, y para hacer que ocurra el individuo debe ser sometido a una situación grave donde su propia vida corra peligro.
Desde entonces las naciones se fueron formando y con esta nueva bendición se dieron cuenta de que podían defenderse por si mismos.
Ciudad kazharika
Conocida antiguamente como Villa de los Rashida, esta ciudad en desarrollo albergaba una comunidad diversa de seres mitad dragón y humanos. Entre ellos, había un niño de lo más peculiar que recorría las polvorientas calles con una mezcla de curiosidad y destreza. Su presencia destacaba en el bullicioso panorama urbano, y aunque su apariencia parecía común, su aura y las leyendas que lo rodeaban prometían una historia de aventuras y desafíos que estaban por desplegarse.
Punto de vista:Lastrofe Kain
Hoy celebro mis 15 años, y la emoción en mi pecho es casi palpable. Como todos los adolescentes de mi edad, el torneo de mi aldea es el evento que he estado esperando con ansias. Desde el amanecer, me he sumergido en mi entrenamiento, sabiendo que este es el momento que he soñado desde que era niño. El sueño de convertirme en un héroe parece estar al alcance de mi mano.
Al llegar al centro del torneo, un guardia de mediana edad, con una barba que parecía esconder muchas historias, me detiene en la entrada. Mientras revisa unos papeles con frenesí, me lanza una sonrisa cálida y me da una palmada en la cabeza.
-¿Eres Kain, verdad? Adelante, no pierdas tiempo. ¡Cuantos más participen, mejor! -dijo con un tono alentador que me llenó de más nervios y expectativas.
Mientras atravieso el umbral, mis manos tiemblan ligeramente, pero una sonrisa amplia se dibuja en mi rostro. Los nervios y la anticipación se entrelazan en un torbellino de emoción. Hoy es el día en que finalmente podré demostrar el poder que he cultivado durante años, y con él, la oportunidad de realizar mi sueño más profundo: convertirme en un verdadero héroe.
Al pasar a los camerinos, me detengo asombrado al ver cómo una batalla se aproxima a su fin ante mis ojos. La multitud grita emocionada, y el aire está cargado de tensión. En medio de este caos controlado, siento una mano en mi hombro.
-¿Kain #33, cierto? Por favor, sígueme.
Una mujer alta y elegante, vestida con un traje ajustado que acentúa su presencia imponente, me dirige con un gesto firme pero amable. Su aspecto es tan majestuoso como intrigante.
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kegare no yuusha
RomanceKamazuki Reiji, un joven que perdió a sus padres a una edad muy temprana, halló en su hermana la única razón para seguir adelante a pesar de una vida llena de sufrimiento. Sin embargo, su vida terminó abruptamente en un trágico accidente de tráfico...