Kleran siempre se vio a sí mismo como inferior a los demás. Sus dibujos, que él veía como sus mayores creaciones, eran constantemente rechazados por sus padres, quienes preferían ignorar sus esfuerzos y lo desalentaban. Este rechazo llevó a Kleran a mentirse a sí mismo, a ocultar sus verdaderos deseos y aspiraciones.
Obligado por la presión de sus padres, Kleran decidió presentar el riguroso examen de la Academia Mágica, un desafío temido por muchos y reservado para los más talentosos. Los días previos al examen estuvieron llenos de dudas y miedo, pero él se esforzó al máximo, empujado por el deber más que por la pasión.
Entonces, un día, llegó una carta de la Academia. Sin saberlo, esa misiva marcaría un antes y un después en su vida, abriendo la puerta a un futuro incierto y prometedor.
Cuando Kleran cumplió 9 años, fue enviado solo a la Academia Mágica. Montado en un caballo y acompañado únicamente por un escolta, el viaje no le sorprendió; era un reflejo más de la indiferencia que sus padres mostraban hacia él. La atención siempre había estado en sus hermanos mayores, dejando a Kleran a menudo en el olvido.
A pesar del desalentador panorama que lo rodeaba, Kleran pasaba sus días en la academia reprimiendo sus sentimientos, canalizándolos en lo que más amaba: el dibujo.
Un día, su rutina dio un giro inesperado tras el ingreso de los nuevos estudiantes mediante las pruebas kleran conocio a Hyuran.
—¡Atención! A partir de ahora, ustedes dos serán compañeros de habitación recuerden llevarse bien!
Así fue como, de repente, llegó a su vida alguien que parecía justo lo que necesitaba: alguien dispuesto a escucharlo y estar a su lado.
—¡Hola! Soy Hyuran Levasdier. ¡Espero que podamos llevarnos genial!
Hyuran le dedicó una sonrisa sincera, y Kleran sintió que, por primera vez en mucho tiempo, había una chispa de esperanza en su vida.
Con el tiempo, Kleran se dio cuenta de que había encontrado en Hyuran a alguien verdaderamente especial, alguien con quien se sentía genuinamente conectado. No quería que ese vínculo se rompiera. Su corazón estaba confundido por los sentimientos que tenía hacia su mejor amigo; no podía encontrar las palabras para expresar todo lo que deseaba: compartir juegos, entrenamientos y comidas juntos, cosas que no había podido decirle.
Una noche, cuando Hyuran regresó a los dormitorios, Kleran se preocupó al verlo con quemaduras y cortes en el cuerpo. Sin pensarlo dos veces, se acercó rápidamente.
—¡Hyuran! ¿Qué te pasó? ¡Estás herido!
Hyuran, con una sonrisa algo forzada, intentó restarle importancia a la situación.
—E-estoy bien... solo me excedí un poco, jeje...
Kleran no dudó ni un instante. Renegando y con un gesto decidido, fue a buscar unas vendas y comenzó a cubrir las heridas de Hyuran con cuidado. Cada movimiento de Kleran estaba cargado de una preocupación sincera, y el silencio entre ellos estaba lleno de un entendimiento profundo.
Hyuran, a pesar de su esfuerzo por parecer tranquilo, estaba luchando con algo más que las heridas físicas. La maldición que llevaba consigo estaba comenzando a manifestarse: las dolorosas quemaduras y una ira incontrolable lo atormentaban. Aunque intentaba ocultarlo, Kleran no sabía que estas manifestaciones eran el resultado de una maldición que Hyuran había heredado, una que le causaba tanto sufrimiento físico como emocional.
Por esa razón, Hyuran había comenzado a evitar pasar tiempo cerca de Kleran durante las noches. Sabía que la ira descontrolada que la maldición provocaba podría poner en peligro a su amigo, y eso era algo que no podía permitir. Sin embargo, ver a Kleran preocupado por él, al borde de las lágrimas mientras atendía sus heridas, le hizo cuestionar si podría seguir alejándolo de su vida. La conexión entre ellos era demasiado fuerte como para ignorarla, y en el fondo, Hyuran deseaba que las cosas fueran diferentes.
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kegare no yuusha
RomanceKamazuki Reiji, un joven que perdió a sus padres a una edad muy temprana, halló en su hermana la única razón para seguir adelante a pesar de una vida llena de sufrimiento. Sin embargo, su vida terminó abruptamente en un trágico accidente de tráfico...