Trynita... un nombre que lleva consigo una carga de historia y pasado tan abrumadora que solo yo puedo soportar.
"¡Trynita! ¿Cuántas veces te he dicho que dejes de meterte con estos moc...?" La voz de mi madre se desvanece en el eco de mi mente, mientras su agarre tenaz aprieta mi cabello con una fuerza que me hace llorar.
"M-madre, ¡me lastimas! ¡Por favor, suéltame!" Las lágrimas se mezclan con la frustración en mi voz, pero su ira no cede.
La razón de su enojo es simple: Jugar con otros niños
Los pocos amigos que hacia en mi infancia eran expulsados de la mansión junto a sus padres los cuales eran sirvientes...
"Entrenarás día y noche con Joseph, el te enseñará magia y esgrima, comerás cuando termines tus entrenamientos no quiero quejas!"
Joseph un caballero que sirve a mí padre fue enviado para monitorearme y entrenarme día y noche, solo desayunaba y comía en la medianoche que terminábamos.
"Señorita por favor resista un poco más, debe hacerse fuerte por usted misma!"
La espada de Joseph choca contra la mía las chispas iluminan brevemente nuestros ojos... El estaba triste... Por qué tienes esos ojos Joseph?
"Joseph se ha ido Tryni, a partir de ahora entrenarás con ella, saluda a tu nueva docente."
Un día de repente Joseph dejó de venir... Me extraño mucho hasta que vi a mi madre con otra mujer...
"Eh?? Madre pero-"
Mi madre me calla con una cachetada tan fuerte que mi cuerpo debilitado cae contra un árbol... Esto duele... Duele demasiado...
"Ese hombre no es digno de entrenarte, se encariño contigo y a causa de eso se volvió blando, así que me deshice de el."
Un sabor ácido y metálico toca mi lengua... Mi diente cae sin mucho esfuerzo al piso... Es verdad, tengo que obedecer o me seguirá pasando esto... No puedo cuestionar a mamá...
Como era de esperar, la mujer no fue suave conmigo, apenas llevábamos un día y ya explorábamos la magia de refuerzo.
"Escucha bien, aún estás muy joven pero si te sientes en peligro está técnica te será útil"
Aunque ella era severa me enseñaba lo mejor que podía, no se cuando pasó pero poco a poco mi voz se fue perdiendo, y
Tan solo asentía una y otra vez.
Al cumplir los 8 años mi maestra se fue, o eso fue lo que me dijo mi madre... Aunque me sentía mal sin ella era normal que se fuera algún día, debo mejorar por mi cuenta...
En mi cumpleaños numero 8 esperaba que por lo menos mi madre me felicitara... que me dijera que fui buena niña... obedeciendo sin rechistar una y otra vez sus ordenes pero no fue así...
"Irás a la academia Trynita."
Un día mi madre aprovecho que mi padre estaba en casa y me obligo a aceptar... solo pude asentir mientras fingía comer
"tienes algo que decir? Vamos no me hagas perder el tiempo."
Mi madre se detuvo Y me fulminó con la mirada... Yo retrocedí y negué con la cabeza rápidamente
"n-nada madre... me iré a dormir..."
Mi madre resopla y me da la espalda en silencio, ya estaba acostumbrada, mi día a día tan monótono que esperar un [buenas noches] de su parte es solo una fantasía.
Cuando cumplí 9 años mis padres me enviaron a la academia de magia, diciendo esto y aquello, obviamente la última en enterarse fui yo, tan solo obedecí, no quería que me abandonarán...

ESTÁS LEYENDO
kegare no yuusha
RomansaKamazuki Reiji, un joven que perdió a sus padres a una edad muy temprana, halló en su hermana la única razón para seguir adelante a pesar de una vida llena de sufrimiento. Sin embargo, su vida terminó abruptamente en un trágico accidente de tráfico...