Cóctel tranquilizante

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Sportacus llevaba toda la semana en la habitación de Robbie metido en su cama. El rubio comía, bebía y debía mantener relaciones sexuales con el villano.

- Ten cariño - le dijo Robbie dándole un vaso de zumo natural -. Es de naranja, plátano y melocotón.

- Gracias Robbie.

Sportacus se lo bebió de un solo trago. El sabor era asqueroso y se dio cuenta que en el fondo del vaso había un polvo blanco mezclado con el zumo. El joven evitó alarmarse, pero empezó a sospechar que Robbie le estaba drogando. 

Entonces, le vino a la cabeza que, durante la semana que andaba desaparecido por las calles de Lazytown, cada bebida que le daba Robbie tenía un sabor asqueroso. El delgaducho le confesaba las frutas que usaba para hacerle el batido, pero todas tenían un sabor muy repugnante. Por lo que, su conclusión fue que el villano le drogaba para tenerlo metido en su cama para sus placeres más personales.

- ¿Te ha gustado?

Preguntó Robbie con una sonrisa ingenua en su rostro.

- Está delicioso - mintió el héroe sonriendo también -, ¿puedo volver a mi nave, Robbie?

- ¿Por qué? - Robbie no quería que su esclavo sexual se fuera - ¿No te gusta estar aquí? Estamos los dos muy cómodos y nos divertimos, hacemos cosas juntos...

Sportacus se había desplomado sobre la cama del flaco, estaba drogado.

Bendito calmante, cada vez que intentes hacer algo o preguntar alguna estupidez cómo esa, te dormirás - pensaba Robbie mientras lo manoseaba como si fuera un trozo de carne -. A ver a mi canario que tanto me gusta verle

Robbie metió su mano debajo de la sábana yendo en dirección al miembro de Sportacus. El delgaducho empezó a medirle con su mano la longitud del cable colgante del rubio. Su calor corporal iba en aumento, por lo que decidió quitar la sábana que cubría a la zona íntima de Sportacus y practicarle el sexo oral.

Aquella acción provocó que el héroe intentase gemir, pero al estar bajo los efectos de ese medicamento apenas podía pronunciar una palabra. Su única acción era mover su cabeza de un lado para otro, mientras decía aah.

Robbie seguía con su trabajo hasta que decidió morder el aparato reproductor del héroe con suavidad. Ouch, dijo Sportacus que solo sintió un ligero dolor del mordisco. 

- Sabes Sportacus - dijo el delgaducho tocando y jugando con su miembro -, tenerte como mi puta es mucho mejor que tenerte como mi novio. Puedo hacer contigo lo que me plazca, solo te tienes que beber los zumos que te preparo y dormir un ratito. Mientras yo sigo mamándotela.

Robbie volvió a practicarle el sexo oral al rubio y este volvió a emitir gemidos.

Paranoias - SportaRobbieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora