Hanamaru sufre maltratos por parte de su esposa.
Yoshiko es una cantante famosa que regresa a su pueblo natal después de una gira.
Ambas se encuentran por casualidad en un bar, ¿acaso éste será el inicio de una aventura?
“Los recuerdos más preciados de mi mente se llenan con tu presencia”.
“Lo primero que pienso al despertar”.
“Lo último que recuerdo al dormir”.
“Y mi corazón que no se siente bien si no estás aquí”.
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—¿Yoshiko?, ¿qué haces? — cuestionó al ver a la peliazul recostada en el sofá de su estudio con la mirada fija en su celular.
Dia frunció el ceño al ser callada por la cantante, quien ni siquiera se molestó en voltear a verla, de cierta forma lo sintió como una venganza de todas las veces que había hecho lo mismo.
La cantante siguió concentrada en su celular, hasta que finalmente lo apagó, lo dejó sobre su estómago y cerró los ojos, soltando un suspiro de paz.
—Magestuoso— susurró en un suspiro.
—¿Ya vas a decirme que estabas haciendo?
—Leyendo— rodó los ojos al ver el rostro sorprendido de la pelinegra.
—Creí que no tocabas un libro desde que terminaste la escuela— levantó las piernas de la menor para tomar asiento, dejándolas caer de nuevo sobre su regazo.
—Pues no solo acabo de tocar un libro, sino cinco— sonrió orgullosamente de sí misma.
—¿A qué se debe? — vio su sonrisa deformarse a una más alegre, idiotizada, y eso solo significaba una cosa— ¿la mujer del bar tiene algo que ver?
—Sí, son sus novelas, de hecho— dejó de ver a su manager para centrar su mirada en el techo— dijo que le hubiera gustado ser escritora, y no lo hace mal.
—Lo creo completamente, si fueron lo suficientemente entretenidas como para que tú terminaras cinco de sus historias en un día, debe ser la próxima Shakespeare— recibió un ligero golpe con el talón en su muslo— ahora que lo pienso, no has hablado mucho de ella últimamente.
—Creí que no te gustaría que siguiera hablando de ella contigo— los orbes magentas se encontraron con los esmeraldas en silencio, hasta que la pelinegra decidió romper el contacto desviando la mirada.
—Por favor, que tenga sentimientos por ti no significa que quiera estar contigo, es algo meramente platónico, como el amor de un fan a su ídolo.
Yoshiko sabía que Dia solo trataba de justificarse, conocía a su manager de hace varios años, y estaba muy al tanto de que el amor que ella sentía no era tan platónico, pero entendió la intención y decidió ignorar esos sentimientos, así como ella lo estaba haciendo.