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津島善子
@Yohane

El concierto está por comenzar, para aquellos que lo estén viendo en línea, tengan todo listo porque esto será largo, para los que estarán presentes, no se pierdan ni un segundo.

Estoy emocionada, ¡espero que lo disfruten tanto como yo! 🩶

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La cantante suspiró tras publicar su mensaje, el aparato temblaba en su mano, respirar estaba siendo difícil, y las mariposas en el estómago se habían vuelto un enjambre de avispas asesinas.

Escuchaba los sonidos de miles de personas incluso desde el vestidor, y todavía seguían las luces encendidas, la gente seguía llegando y tomando sus lugares.

A lo largo de toda su carrera, el pánico escénico era una compañía constante, aquel siempre presente antes de cualquier concierto, pero esto era diferente, jamás se había sentido tan diminuta en su vida, ni siquiera en su primer presentación.

—Yoshiko, las luces se apagan en diez— su manager apareció para llevarla a su posición, fue entonces que se percató de su estado— ¿estás bien? — se acercó sigilosamente.

La cantante presionó su mano contra su pecho, balbuceando como todo debía salir perfecto, como este era el momento que tanto había esperado. Cuando menos se dio cuenta, tenía un pequeño tanque de oxígeno ayudándole a respirar.

Algunos miembros del staff se acercaron para apoyar, y al mismo tiempo mover a Yoshiko cerca de su salida. La sentaron en lo que se recuperaba, Dia estaba de cuclillas frente a ella, tomando su mano y mirándola con preocupación.

Dejó el respirador de lado, su pecho subía y bajaba, pero de su boca no salía una palabra, sus ojos se encontraron en un acuerdo silencioso. La pelinegra sonrió levemente, tomando con fuerza la mano de la peliazul.

—Hazlo por Hanamaru.

El corazón de la cantante comenzó a latir con fuerza, el enjambre apaciguado se convirtieron en un montón de mariposas furtivas que se extendieron por su pecho.

—¿Cómo un simple nombre puede hacerme sentir de esta forma...? — sonrió, levantándose y ayudando a su manager a hacer lo mismo.

—¿Mejor?

—Sigo asustada, pero creo que estaré bien— su sonrisa se amplió, mostrándose más determinada, a pesar de que su voz temblaba.

—Entonces ve allá y da el mejor concierto posible.

Ambas se sonrieron con complicidad, Yoshiko avanzando entre la oscuridad hacia aquel escenario que le mostraría un océano lleno de luces.

Ambas se sonrieron con complicidad, Yoshiko avanzando entre la oscuridad hacia aquel escenario que le mostraría un océano lleno de luces

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“Por más que pensaba que lo estaba haciendo por ti, aún seguía asustada”.

“Una punzada de dolor aparecía cada vez que veía los pequeños puntos de luz en la oscuridad”.

Songs for My MuseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora