Capitulo 23

24 4 1
                                    

No sé cuántos días llevo aquí, mucho menos desde cuando.. he perdido ya la noción del tiempo. No siquiera sé dónde estoy. 

–Muñeca, ya pronto saldremos de esta. No te preocupes. –Me observaba desde una silla alejada de la cama en la que yo me encontraba atada. Así pasaba los días, observándome, analizándome y sobre todo, insinuándose. No me había tocado, pero me daba miedo que lo hiciera. Oliver siempre había sido autoritario, lo que quiere lo consigue no importa lo que le cueste a los demás.

–Oliver.. por favor.. esto terminara peor si no me sueltas. –Un sollozo salió de mis labios, no soportaba esta situación–. Escucha, pro-prometo no presentar cargos solo.. libérame.

–¿Y dejarte en manos de ese idiota? –Argumento con una risa cínica–. Estas loca, metete en la cabeza que de ahora en adelante eres mía Kaia. Mia y de nadie más. –Se acerco lentamente y coloco su mano en mi barbilla, obligándome a mirarle–. Pronto saldremos de este país, donde tu noviecito no podrá encontrarte jamás y podremos al fin tener la vida que tú nos arrebataste.

–¡Suéltame! –Le lance un escupitajo en la cara, causando que retrocediera levemente y aflojara un poco el agarre. Luego un ardor fuerte impacto mi mejilla.

–Quizás así aprendes a respetarme de una vez, nunca fui demasiado duro contigo. Ya me di cuenta de que esta es la única forma de tenerte tan sumisa como se supone. –Las lágrimas bajan por mis mejillas sin parar, este hombre había empeorado muchísimo con el paso del tiempo–. Es más.. qué tal si le llamamos para divertirnos un poco.

–No lo hagas Oliver, por favor. –No podía hacerle eso.. si Vancouver escuchaba mi voz o la de Oliver siquiera, solo iba a desesperarse más de lo que probablemente ya estaba.

–¿Por qué? ¿No quieres preocuparlo? Al menos deberías despedirte de él, sufrimos mucho cuando la persona que amamos se va sin despedirse. –Vi como comenzó a marcar el número y luego de dos tonos respondió.

–¿Hola? –Respondió con una macabra risa–. Dime que quieres, te daré lo que sea por ella. –La agresividad con la respondió hizo que hasta yo temblara. Pero podía escuchar su respiración agitada, estaba nervioso.

–Esto no se trata de dinero.. Kaia siempre fue mía. Solo te llamaba para preguntarte si querías escuchar su voz una última vez, Ya sabes, despedirte —Se giro hacia mí con esa horrible mirada y comenzó a caminar a paso lento–. Ven aquí muñeca. –Intente alejarme de él lo más que pude, pero tiro de mi brazo con fuerza, haciendo que un quejido de dolor saliera de mis labios.

–Vancouver.. –Mi voz salió llorosa por la dolorosa presión que sentía en el brazo al tener las uñas de Oliver clavándose en el.

–Min kärlek.. –Otra lagrima cayo por mi mejilla al escuchar el apagado tono de su voz, lo necesitaba muchísimo.

–¿Eso es todo lo que se dirán? —Se quejó. Claramente buscaba que esto fuera más dramático.

–¡Quiere sacarme del país! –Grite rápidamente para que pudiera escucharme. De inmediato Oliver me lanzo contra la cama y colgó la llamada. Mi espalda dolía a muerte, había impactado contra las varillas viejas del colchón y una se me había clavado en la parte baja.

–¡¿Quién te crees, la heroína?! Había intentado ser amable contigo, pero me lo estás haciendo difícil, veremos cómo te resuelves ahora. –Salió dando un fuerte portazo.

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Lo que me faltaba por conocerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora