Capítulo 1

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Maratón 1/5

"Hoy Oliver me pidió ser su novia y no puedo ser más feliz. Cuando lo vi acercarse con ese ramo de rosas y me dijo esas hermosas palabras fue inevitable contener las lágrimas.

Me perdí en esa hermosa mirada y obviamente acepte, aunque siendo sinceros ¿Quién no aceptaría a un hombre tan guapo y educado como él? Siempre es sobresaliente al entregar sus proyectos y destaca con 10 en prácticamente todas las materias, tiene por costumbre saludar personalmente a cada profesor y habla con respeto cada que se dirige a ellos, definitivamente es el chico ideal"

–¡Kaia, baja a cenar!

El llamado de mi madre me hace cerrar de inmediato mi diario y esconderlo bajo el colchón, lugar en el que claramente destacaba puesto que se veía un leve relieve en la esquina superior respecto a donde estaba "escondido". Pero me era suficiente, de todas formas, sabía que mi madre no era tan cotilla –o al menos eso esperaba– como para leerlo.

–¿Qué hay para cenar? –Observo como revuelve algo en una cacerola mientras me siento en la silla alta que se encuentra frente a la isla de la cocina.

–Lo que sea que haya preparado. –Si bueno, mi madre no se caracterizaba por tener un alma super cariñosa especialmente.

–Lisa, no seas así –pero como siempre, aquí llegaba mi salvador. Escucho como mi madre suelta un leve suspiro cuando mi padre la abraza por la espalda y deja un tierno beso en su cuello.

–Lo siento cariño, he tenido un día duro en el trabajo. 

Mi madre trabaja como oficinista en la estación postal aquí en Londres, comúnmente tiene días ajetreados –más de los que quisiera– pero ella dice que ama lo que hace. Aunque eso conlleve soportar señores mayores que desean enviar refrigeradores gigantes por una simple cadena postal, como es el caso.

–¿Se pueden imaginar cuantas veces le dije que no podíamos hacer el envío de ese refrigerador? Quince, quince veces tuve que repetirlo y aun así se retiró totalmente indignado. –Ella dice todo con una sonrisa, aunque estoy segura de que en ese momento muchas ideas sobre como aventar el refrigerador sobre ese pobre anciano pasaban por su cabeza, reí yo sola al imaginar una de ellas–. A pesar de todo estoy segura de que volverá en unos días, siempre es igual.

Cuando estamos todos juntos la cena se me pasa volando, a penas me quedaba un poco de comida, pero ya había perdido el apetito. Ayudo a mamá a recoger los platos mientras papá aprovecha para limpiar la isla con un trapo húmedo, mamá continúa contando anécdotas de su día y puedo notar que ya está mas que relajada. Ver a mis padres tan felices me hace pensar si algún día podre tener la suerte de conectar con alguien como ellos, es increíble ver como con una mirada mi padre ya sabe que necesita mamá o que con una simple caricia ambos se expresen todo lo que sienten sin necesidad de palabras.

–¿Se puede saber en qué tanto piensas? –La voz de mamá me hizo soltar de repente el tenedor que tenía en la mano, sacándome totalmente de mi burbuja de ideas.

–Lo siento estaba algo distraída. 

–Debes prestar más atención hija, para la próxima no quiero que sea uno de mis preciados vasos lo que tengas en la mano. –Y soltando una pequeña risa salió de la cocina, no sé cuánto tiempo estuve sumergida en mis pensamientos, pero la cocina ya estaba impecable así que simplemente subí a mi habitación.

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Lo que me faltaba por conocerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora