Capítulo 13

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Mordí el interior de mi mejilla con fuerza, el dolor en mi mano se volvía cada vez más intenso y la sangre no dejaba de brotar de las múltiples heridas que tenía.

–Tranquila, esto debe ayudarte con el dolor. El doctor vendrá pronto. –La enfermera me inyecto un medicamento directo en la línea de suero que tenia en mi otra mano.

-Tres horas antes-

–Buenos días. –Alargue la última letra con alegría. Jullie y Mery me dieron una agradable sonrisa– ¿Qué tenemos el día de hoy?

–Bueno, Esteban está administrando unas vacunas en la sala número dos. Terminando eso tenemos dos revisiones de rutina y tres evaluaciones superficiales, ah y un corte de uñas.

–¿Qué es lo próximo? –Mery pareció dudar un segundo mientras analizaba los documentos.

–Mmm, creo que podemos hacer los exámenes físicos de las revisiones de rutina. Así salimos de lo sencillo y luego hacemos el corte de uñas. –Ambas asentimos y nos pusimos a ello.

Jullie fue directo a preparar los materiales para las evaluaciones mientras Mery se encargaba de la recepción. Tomé los documentos con los nombres de los dos pacientes para las revisiones y el corte de uñas, luego prepare la sala antes de traer al primer paciente y le entregue a Jullie uno de los expedientes.

–Veamos a quien le toca el más bonito. –Dijo retante mientras entraba en una de las salas. Jullie siempre había sido infantil –por llamarlo de una forma–, tenía esa pequeña competencia sobre a quien le tocaba el paciente más bonito y, sinceramente, siempre la dejábamos ganar por ver la ilusión en su rostro. Entre a la última sala vacía y abrí la puerta que daba hacia la sala de espera sonriente.

–¿Tobby? –Una chica frente a mi asintió. Llevaba un precioso pug de algunos siete meses en los brazos–. Hola precioso. –Acaricié su cabeza y vi como movía su enroscada cola–. Pasen. –La chica paso junto a mi entrando a la sala.

–Aquí tengo los documentos de la última vez, el doctor me dijo que debía tenerlos para asegurarnos de que Tobby controlara su peso por su condición respiratoria. –Me extendió los documentos y sonreí agradecida mientras cerraba la puerta.

–Claro, muchas gracias. –Los coloque junto al expediente y extendí los brazos para que me entregara al cachorro no tan cachorro–. Vamos preciosura, tenemos que pesarte.

Sali de la habitación y me acerque al área de examen. Jullie se arrimó emocionada con una pequeña bolita de pelo en las manos.

–Mira esta cosita tan hermosa. –Alzo frente a mí a un pequeño Yorkshire Terrier– ¿A que es una cosa deliciosa? –Achucho al cachorro y este comenzó a lamerle toda la mejilla, sonreí emocionada.

–¿Y este niño bonito que? –Tome como bebé al can y este movió su colita enroscada alegre de las caricias que le brindaba.

–El mío es más lindo. –Me saco la lengua de forma infantil y ambas reímos mientras entramos a la sala donde realizábamos las evaluaciones.

La misma contaba con dos espacios para evaluar, uno a cada lado de la estancia para poder tener más de un paciente. Saque el termómetro, el estetoscopio y desinfecte todo además de la báscula para poder comenzar.

–A ver cariño esto puede molestar un poco. –Coloqué un poco de lubricante en el termómetro y se lo puse. Chillo por respuesta–. Lo siento mi amor, prometo que no será por mucho tiempo. –El pitido del termómetro me dio la señal para retirarlo–, Ves, ya está. –Anoté el resultado en los documentos y encendí la báscula. Espere a que los ceros salieran en la pantalla y lo coloque sobre ella–. Oh oh, alguien ha subido de peso – un pequeño gritito de Jullie hizo que ambos, incluido Tobby, volteáramos hacia ella.

Lo que me faltaba por conocerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora