9. Sueño

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El beso número 51 fue un sueño.

Max y Checo aún hablaban, pero definitivamente ya no era lo mismo de antes.

Ahora Checo tenía nuevos amigos y alguien para pasar el rato.

La salida con Lewis había sido un éxito que se aumentó en otras 3 salidas y el punto de culminación fueron las flores que le llegaron a Checo acompañado de una carta donde lo citaban en uno de los restaurantes más caros y lujosos de toda la ciudad.

Era de madrugada cuando Checo llegó sonriendo de oreja a oreja. Su familia lo esperaba con ansias para saber que había pasado con el pecoso.

—¡Somos novios!—gritó emocionado.

Su familia saltó hacia el para celebrarlo.

Max quiso hacer lo mismo, de verdad, iba con toda la intención de alegrarse, pero no pudo evitar sentir un pinchazo en su pecho mientras lo abrazaba y le daba buenos deseos.

La promesa que Checo le había hecho se había quedado en el olvido.

Y Max intentó no tomárselo personal.

Al final era algo que algún día debía de pasar, pero Max no sabía como lidiar con eso.

Sergio ahora prefería desgastar su tiempo y palabras en Lewis, por lo que ahora los días de Max eran aburridos.

Su ausencia era demasiado presente que comenzó a soñar con él.

Normalmente era todo lo que solían hacer día con día y ahora no podían.

Desde pasear por el parque y comprar helados, hasta ir a acampar en un lago cercano.

Sin embargo fue en una noche en específico donde Max soñó que estaban en una casa desconocida y él se encargaba de devorar los labios de Checo contra una de las paredes.

Se había sentido tan real. De verdad afirmó haber saboreado los labios de Checo una vez más, sentir su lengua contra la suya y dejando leves mordidas contra los labios inferiores.

Se había despertado justo antes de que todo escalara de nivel y pudo respirar con calma.

Solo había sido un sueño. No había por qué alterarse demasiado.

¿Pero por qué Max había deseado que fuera real?

Hace mucho no veía a Sergio, mucho menos lo había besado.

Después de aquel beso número 50 donde le aseguró que todo estaría bien entre ellos, jamás volvieron a hablar de ellos mismos.

Probablemente jamás volvería a besar a Sergio.

Aquel beso de su sueño podría contarlo como el beso número 51 y no había nada de malo con eso, ¿o si?

Finalmente, Checo no se enteraría.

Volvió a acostarse con un peso en su corazón.

Realmente extrañaba a su mejor amigo.







NOTAS:
Es un cap corto, tiene menos de 500 palabras y justo por eso al rato les subiré otro para que tengan más dosis de estos dos.

Espero que si les vaya gustando.

Nos leemos pronto.

-Syl.

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