111 Besos - Chestappen

18. Mente y error

El beso 110 había sido un error.

Algo como eso era justo lo que Max intentaba evitar, pero se confió demasiado.

Claro, al estar en casa de Checo, se imaginó que algo como eso podía pasar, pero no estaba preparado.

Max estaba con sus padres y con los de Sergio en una comida como las que solían hacer cuando eran pequeños.

El ambiente era tranquilo y todo iba bien hasta que la puerta se abrió y un pecoso con el cabello más largo de lo que acostumbraba entró con una sonrisa.

Las risas pararon y todos lo miraron.

—Max...

El susurro de Sergio fue tan débil que estuvo seguro que ni siquiera el hombre a su lado lo escuchó, pero Max sí.

—¡Ay, Checo, cariño!—su mamá saltó de su asiento a recibirlo— Te extrañe tanto, mi vida. No sabía que venías.

—Sí, quería darte una sorpresa, pero el sorprendido fui yo—Checo hizo una risa seca, haciendo referencia al rubio que lo miraba atentamente.

Y después de un año, azul y café se encontraron.

Checo no puede entender como una persona que amas se puede volver un extraño.

Porque eso sintió mientras veía a Max a los ojos.

—Es bueno verte de nuevo, Checo—Sophie se hizo presente.

—Digo lo mismo, Sophie, ha pasado tiempo. Hola Jos.

—Hola Checo—saludó el Verstappen mayor de regreso.

Antonio se levantó de su lugar y acompañó a su esposa a recibir a su hijo con los brazos abiertos.

En medio del abrazo, Antonio observó con rudeza al ojiverde que se encontraba parado a lado de Checo como un cachorro que esperaba las órdenes de su dueño.

—¿Nos vas a presentar como se debe?—preguntó el hombre.

—Ah, sí. Mamá, papá, Sophie, Jos. Él es Charles, es mi... novio—suspiró después de soltar las palabras.

Claro que los adultos se dieron cuenta de la falta de mención de Max, pero no querían que el ambiente se volviera incómodo (más de lo que ya era).

Marilú fue quien recibió al ojiverde amablemente, y no es que no lo conocieran ni supiera que andaba detrás de su hijo, sin embargo ahora era un contexto distinto.

Antonio lo miró igual de reservado que siempre, tienes ciertas opiniones respecto a Charles, aunque Marilú siempre decía que eran los celos de padre al ver a Charles detrás de su hijo.

Sophie y Jos también lo recibieron de buena manera. Jos un poco más forzado que Sophie, pero al menos no lo trataron mal.

—¡Hola, Max!—Charles saludó alegremente al encontrarse una cara más familiar.

—Hola, Charles—saludó con un poco menos de entusiasmo.

No lo odiaba. No podía odiarlo, finalmente Charles no había hecho nada malo, aunque su mente me tenia cierto recelo.

"¿Qué tiene el que no tenga yo? ¿Por qué lo prefirió a él?"

Pero ya no debía importarle.

Charles se sentó a lado de Checo en la gran mesa que todos compartían.

Checo y Max aún no se dirigían ni una palabra, ni siquiera querían cruzar miradas con el otro.

Para el final de la comida Charles se retiró.

—¿Estás seguro de que no que quieres quedar?—Marilú había preguntado, ignorando la mirada de su esposo que le decía "déjalo que se vaya"