7. Movimiento

3.2K 450 119
                                    

El beso número 40 fue algo vergonzoso.

Al menos para Max lo fue.

Había visto a varios de sus amigos besarse de una manera más... apasionada sería la palabra que buscaba.

Él nunca se había besado con Checo de esa manera.

Sus besos no pasaban de varios toques diminutos, algunos duraban mucho tiempo pero no había movimiento alguno.

¿Si Max quería ir un paso más adelante? Bueno, realmente tenía mucha curiosidad de saber lo que se sentía.

Había notado que muchos lo disfrutaban.

Max quería saber si eso también pasaría entre Checo y el, así que no pueden culparlo por buscar en internet la manera correcta de besar tan descaradamente e intentarlo con uno almohada.

Jamás olvidará la cara de su hermana Victoria cuando lo cachó, ni tampoco las desveladas que tuvo que hacer por un mes entero cuando le prometió que haría todas sus tareas con tal de que no dijera nada.

Sin embargo, Max se sentía preparado para ir más allá.

Ahora lo importante es que Checo también se sintiera listo.

Fue un día, mientras ambos se encontraban en la habitación de Max, cuando estuvo dispuesto a abordar el tema.

Claro que no encontraba las palabras e incluso al pensarlas simplemente no eran existentes.

¿Cómo le dices a tu mejor amigo que quieres besarlo como si le fueras a succionar el alma o que lo quieres besar hasta meterle la lengua en la garganta?

De tan solo pensarlo ya se sentía avergonzado, pensando que Checo lo juzgaría.

Sergio obviamente se dio cuenta de que Max estaba guardando algo, y al principio no quiso comentarlo, pero cuando Max comenzó con ese toque de nariz que solo hacía cuando algo rondaba demasiado en su cabeza, supo que tenía que intervenir.

—Max—llamó—, ¿qué tienes?

—¿Eh?—preguntó desconcertado, claramente sin escucharlo.

—¿Qué tienes?—repitió— Estás distraído. Algo piensas.

Incluso si Max quisiera negarlo, sabía que Checo no se lo creería.

—¿Me prometes que no me juzgarás?

Checo asintió—. Te lo prometo. Ahora suéltalo.

—Quiero besarte.

Checo se contuvo de no soltar una carcajada burlona.

—¿Es en serio, Max?—bufó— Bueno, no sé si estás consciente de esto, pero tú y yo ya nos hemos besado, Maxie y muchas veces no pediste permiso para eso.

Max rodó los ojos y con una almohada lo golpeó en el rostro.

—No seas imbécil. Eso ya lo sé, pero no me refiero a eso.

Esta vez Checo lucía verdaderamente confundido.

—¿Entonces a que te refieres?

—Quiero besarte—volvió a decir—, pero esta vez quiero besarte bien, algo más...bueno así.

Max estaba rojo por todo el rostro.

La cara de Checo pasó de ser una extrañada a una sorpresiva.

—Oh...

—Sí...

Max apretó sus labios en una línea recta, mostrando su incomodidad. 

—¿Entonces que estás esperando?—Checo preguntó mientras hincaba en la cama.

111 Besos - Chestappen Donde viven las historias. Descúbrelo ahora