Se despertó con un escozor en la mejilla. Su cabeza también latía, pero la mejilla se sentía más adolorida. Abrió los ojos y encontró a Minho de pie junto a él, con la mano lista para abofetearlo. O, mejor dicho, para abofetearlo de nuevo, supuso.
— Bueno. Ya era hora de que despertaras — Minho se dio la vuelta y comenzó a caminar frente a él.
Como algo salido de una película, estaba atado a una silla, con las manos detrás de la espalda y un tobillo en cada pata de la silla delantera. A diferencia de las películas, no estaba en una choza abandonada o en un almacén, sino en una pequeña y acogedora cabaña de esquí. Parecía una de las de alquiler de luna de miel privadas que el resort Yangju había esparcido por la montaña. También estaba incómodamente caliente. Jaemin había estado en Gyeonggi menos de dos meses, pero parecía que se había acostumbrado al menos un poco a la temperatura, porque el fuego furioso que Minho había encendido en la chimenea se sentía como una enorme exageración. Se preguntó si Minho pretendía matarlo y quemar su cuerpo en ella.
— ¿Me estás escuchando? — exigió Minho
Jaemin le devolvió la mirada — ¿Estabas hablando?
Los ojos del hombre se entrecerraron peligrosamente y dio un paso adelante, con los dedos temblando como si quisiera abofetearlo de nuevo. Era casi gracioso cómo los dedocontraídos tenían una connotación tan diferente para Jaemin en estos días. Querían decir que Jeno estaba pensando en cosas que era mejor dejar en el pasado. Esperaba que estuviera bien. Especialmente si Minho o mataba. Jeno todavía se estaba recuperando del daño que le había hecho su pasado, su muerte podría ser un serio revés. Pensó que exigir saber qué pretendía hacer Minho con él era razonables.
— Mira, ¿me vas a matar o no?
Minho dio medio paso hacia atrás, sorprendido — ¿Matarte? Yo... — se dio la vuelta, con la mandíbula apretada por la ira — Debería. Debería matarte y llevar tu cabeza de regreso a Busan para mostrarle a la manada lo que les sucede a las personas que no pueden seguir simples órdenes.
Por alguna razón, eso fue divertido. ¿Iba el hombre a envolver su cabeza en una sábana y llevarla a casa en el maletero de su auto? ¿Qué haría si lo detuvieran y lo registraran? “No se preocupen por la cabeza, oficiales. Necesitaba darle una lección a algunas personas”. Jaemin estalló en risitas histéricas.
— ¿De qué te ríes? — Minho lo miró como si tal vez su cabeza ya se hubiera dañado.
La risa murió tan rápido como había llegado, Jaemin supo que no había nacido de una verdadera diversión. Estaba aterrorizado, lleno deadrenalina y convencido de que sus minutos estaban contados. Horas era un marco de tiempo demasiado grande; definitivamente serian minutos. Miró a Minho a los ojos y respondió, completamente inexpresivo:
— De tí, obviamente.
Minho frunció los labios y lo miró — Ese es tu mayor problema, ¿lo sabías? Nunca te tomas nada en serio. Todo es una gran broma para ti, ¿no?
— Siempre te he tomado en serio, Minho. Simplemente no me gustas. No me gusta nada de ti — la honestidad abyecta podría haber sido un error, pero si Minho iba a matarlo de cualquier manera, también podría perforar el enorme ego del hombre — ¿Por qué estás haciendo esto? ¿Por qué no decirle a la manada que yo era más problemático de lo que valía y dejarlo ir? Obtuviste lo que querías. Eres el dueño de la manada. ¿Por qué tenías que arrastrarme a
esto?
Minho extendió un brazo, señalando a una audiencia invisible — No dejarán que me olvide de ti. Todos susurran sobre ti a mis espaldas.
¿La manada Na? Jaemin no sabía qué hacer con eso. Parecían estar bien con permitir que Minho continuara sin control. ¿Estaban realmente juzgando al hombre, cuestionándolo, o era producto de su mente paranoica y violenta? Jaemin no estaba seguro de qué esperar.
— Si están preocupados por mí, ¿por qué no vuelves y les dices que estoy bien? Realmente no les importa.
Minho se burló de eso, como debería haber adivinado que haría — ¿Crees que debería decirles que abandonaste tu manada y eso está
bien? Pensarán que también pueden abandonarme. Regresarás a Busan, Jaemin. Vivo o muerto.
Fingiendo indiferencia, Jaemin miró alrededor de la cabaña y arqueó una ceja hacia Minho — Entonces, ¿por qué estamos aquí?
— Porque antes de irnos a casa, debes romper los lazos de tu manada con esos perros salvajes.
— Salvajes… — Jaemin miró fijamente a Minho, boquiabierto, por largo un momento — Estás bromeando, ¿verdad? No son salvajes, solo lobos.
Minho se burló y agitó una mano desdeñosamente — ¿Tres alfas viviendo juntos Conozco su tipo. Todos debiluchos, expulsados de sus manadas, uniéndose para causar problemas a las manadas reales.
Jaemin se dio cuenta de que Minho había matado a su padre para evitar eso: una mezcla de necesidad y conveniencia. Los hombres lobo eran criaturas sociales. Necesitaban manadas, los lobos sin manada se encontraban y se aferraban como los últimos Cheerios en el tazón. Si bien esas no fueron exactamente las circunstancias que hicieron que Yangju naciera, el pensamiento tampoco estaba completamente equivocado. Con razón Minho estaba tan enojado con él. Bueno, era un alfa fuera de control propenso a la violencia, pero también, terminar como la manada de Jaemin era el mayor temor de Minho, Jaemin lo había elegido voluntariamente sobre él. Minho ya no le prestaba atención. Se giró y comenzó a caminar otra vez, por lo que no vio la lástima en el rostro de Jaemin. El hombre estaba murmurando acerca de dejar la manada Yangju sin tener idea de dónde encontrarlo.
— ¿No crees que les dije que venía de Busan? —preguntó Jaemin, incrédulo — Fue una de las primeras conversaciones que tuvimos. Ellos
conocen todo sobre mí — Minhole lanzó una mirada de complicidad y Jaeminpuso los ojos en blanco ante la insinuación — No bíblicamente, imbécil. Solo Jeno tiene eso.
— No importa. No vamos a llevarte de vuelta a la antigua casa de tu padre, Busan no es tan pequeño como este témpano — Minho se estremeció y murmuró algo sobre icebergs, luego lo miró — Te llevaremos a mi condominio, nadie tendrá que volver a verte.
Fue el turno de Jaemin de temblar. Sacudió la cabeza con decisión — No. No romperé mis lazos con ellos — supuso que podía fingir que los
lazos estaban rotos, pero la artimaña probablemente sería fácil de ver.
Los ojos de Minho se entrecerraron hasta convertirse en rendijas y se paró frente a su sillas — Aquí solo tienes dos opciones, Jaemin. Rompe tus lazos con ellos para que no puedan seguirnos, o los mato para que no puedan seguirnos.
Fue entonces cuando Jaemin escuchó el sonido más dulce que había escuchado en sus veinticinco años de vida: el motor del enorme camión de Jeno retumbando fuera de la cabaña. Solo le tomó un momento estirar la mano y sentir el vínculo de la manada de quien lo conducía: el propio Jeno. Jeno había venido por él.
Jaemin sonrió a Minho — Creo que tomaré lo que hay detrás de la puerta número tres, Wayne
Brady.
𓆡𓆝𓆞𓆟𓆜𓆛
Wayne Alphonso Brady es un actor, cantante, comediante, presentador de programas de
juegos y personalidad de televisión estadounidense. Jaemin hace referencia al programa de él.
