15. Jaemin

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- Eres un monstruo - informó Jaemin a Jeno mientras le daba un mordisco a su tarta de manzana - No hay dos formas de hacerlo. Monstruo.

- ¿Porque no bebo un vaso de leche y azúcar en lugar de café? - preguntó Jeno. Su respuesta fue inexpresiva, pero de alguna manera, era obvio
que estaba bromeando.

Jaemin levantó la nariz - Eso también. Podrías pedirle a la camarera que lo sirva "negro como
mi alma" y comenzar a usar delineador de ojos y pintar tus uñas de negro.

- Podría lucir delineador de ojos - replicó Jeno y Jaemin sintió el impulso de saltar sobre la mesa y acurrucarse en su regazo.

Tenía ese impulso más y más cuanto más tiempo se conocían. Incluso su padre se había adherido a esos estereotipos anticuados en los que a los alfas no se les permitía siquiera saber qué era el delineador de ojos y mucho menos hablar sobre usarlo. Rara vez había conocido a un beta hombre que estuviera dispuesto a considerar esa idea, y mucho menos a un alfa.

- Podrías - asintió Jaemin - No es que lo necesites. Pero eso no es de lo que estoy hablando. Estoy hablando de ir a un lugar con un pastel perfectamente maravilloso y ordenar... ¿Qué?

Jeno miró el plato que tenía delante y luego volvió a mirar a Jaemin - Me gusta el queso a la parrilla. ¿Qué tiene de malo?

Jaemin farfulló - ¿Qué tiene de malo? ¡No es pastel!

- Todavía podría tomar algo de pastel.

- No lo harás - vlaro, solo se conocían desde hacía unas pocas semanas, pero estaba completamente seguro de eso. Bueno, casi
completamente seguro - A menos que lo hagas porque dije que no lo harías.

- Debería - reflexionó Jeno - No puedo volverme predecible contigo.

Con el ceño fruncido, Jaemin apuñaló su pastel - Ni siquiera te lo comerías si lo ordenases.

De alguna manera, eso le valió una de las suaves sonrisas de Jeno - No. Tú lo harías.

¿Qué diablos se suponía que debía responder a eso? Bajó la cabeza y se quedó mirando su pastel- Claro - finalmente murmuró - Hazme sentir como un idiota.

Jeno se inclinó sobre la mesa y susurró: - Como dije, no puedo volverme predecible.

Cuando llegaron a casa, Jaemin sostenía una caja de cartón que no contenía un solo trozo de pastel, sino un pastel entero. Nada predecible, de hecho. Jeno se apoyó contra la pared mientras Jaemin metía el pastel en la heladera, que seguía siendo un páramo de envases. Empujó los contenedores
de papel de comida china para llevar y los contenedores de aluminio de comida italiana para llevar fuera del camino y se volvió hacia Jeno, que parecía haberse acomodado. Esto significaba una de dos cosas: quería hablar o le dolía la pierna y no quería moverse.

Jeno no era muy hablador, así que no fue difícil adivinar cuál era. Por otro lado, Jaemin era un hablador y estaba más que dispuesto a jugar con el ego de Jeno y fingir. Saltó sobre el mostrador frente a Jeno con una sonrisa - Entonces, ¿algún otro plan ya que no vamos a hacer ningún trabajo esta tarde?

Los labios de Jeno se torcieron en una mueca de insatisfacción - Debería volver y trabajar en el mostrador.

- Por favor - dijo Jaemin con un resoplido - Doyoung va a ser un inútil mientras trabajan en la cocina. Él es, como, horno-sexual. Deberíamos
encontrar un proyecto que podamos hacer con dos pares de manos mientras trabajan en eso.

En lugar de tener esa mirada frustrada que decía que estaba pensando en sus limitaciones, Jeno parecía pensativo - ¿Ideas?

- ¿Recuerdas esas sillas? ¿En las que nos sentamos hoy?

Interlude; Oasis Donde viven las historias. Descúbrelo ahora