7. Capítulo

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Emiliana

Me levanté super tarde, que cuando vi la hora era la una de la tarde.

Bajé y escuchaba risas. Era mi madre quien reía con Daniela y otra mujer.

—Buenas —dije llamando la atención.

—Hola hija, ven acompáñanos. Mira ella es Marcela, amiga de Dani.

—Hola —dije de mala gana —Perdón, me dormí muy tarde por eso me levanté a esta hora.

—Llegaste de madrugada me imagino —dijo mi mamá.

—Si, ahora Calle si llegó luego ¿Cierto? Me di cuenta que Poché te trajo a eso de las ocho.

—Eee si, pero al final nos quedamos hablando un poco más. Además fue hace dos días Emi.

—¿Y de qué hablas con la capatáz de la hacienda? Dudo que tengan temas en común.

—Tal vez a ti nunca te ha interesado hablar con ellos Emi —dijo la tonta de la amiga de mi prima.

—Pues si los tenemos, de hecho no te había contado tía, pero Poché tuvo que internar a Juanca.

—¿Qué?.

—Al parecer el día de la feria lo encontró inconsciente en la casa. Lo llevó al hospital y le dijeron que si seguía así podría enfermar.

—Pobre Juanca, para Poché debe ser duro.

—Lo es tía, por eso me tomé el atrevimiento de agarrar la camioneta e ir al hospital. Teo fue conmigo.

—No te preocupes hija, hiciste bien. Poché necesita de nuestro apoyo, somos lo único que tiene —rodeé los ojos.

—Me voy a comer a la habitación. No quiero escuchar estúpidos temas.

—Emiliana no hables así.

—Ya perdón, permiso.

Subí a la habitación y me acosté otra vez. Debo pensar en algo para joderle la vida a mi prima. Es bastante obvio que está interesada en la tonta de Poché.


Daniela

Emi empezó a sacar el tema de Poché pero lo bueno que pude salir y mi tía se concentró en la recuperación de Juanca.

—Hay que apoyar a Poché en todo.

—Estoy segura que Dani se encargará de eso —vi mal a Marcela.

—¿Por qué?.

—Porque a ella le gusta ayudar señora Mafe, así es con todos.

—En eso tienes razón, Dani es muy linda y tiene un corazón grandísimo.

Sonreí por el comentario de mi tía.

—Bueno, voy a mi habitación, provecho.

Se retiró y Marcela se acercó más.

—Se nota lo mucho que te gusta esa mujer. Te pones muy nerviosa.

—Cállate, no seas imprudente. Mira que mi tía se puede dar cuenta.

—Pero ella es cool, no creo que se enoje.

—No sé, ella es relajada y todo pero... no sé cómo pueda actuar con algo así, es mejor evitar problemas.

—Bueno. ¿Me llevas a conocer la hacienda?.

—Sí,vamos te va a gustar.

Salimos e inmediatamente la llevé a las caballerizas para que le dieran un caballo y recorrer la hacienda.

Por Amarte a TiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora