Daniela
Ha pasado un mes desde lo ocurrido, un mes donde no hago otra cosa mas que pensar en ella. La amo tanto que duele.
—Te fue muy bien, estoy segura que ganarás la próxima competencia.
—Espero que si —dije sin ánimos.
—No me gusta verte así, deberías hablar con ella.
—No puedo Marce, me dolió tanto lo que vi y luego lo de Federico, aún no lo supero.
—¿Qué pasó al final con él?.
—Le dieron dos años de prisión, pero su padre movió sus influencias asi que le dieron prisión domiciliar.
—Es un cabrón.
—Lo sé.
—¿De verdad no piensas hablar con Poché?.
—No.
—¿Qué hace ese idiota aquí? —volteé y era Antonio quien iba llegando con un ramo de rosas.
—Me escribió ayer y preguntó si podría venir a verme.
—¿Y le dijiste que si? —asentí —Que loca estás, no quieres ver a Poché porque solo le tocó una nalga a tu prima pero si al idiota que se la metió toda a otra mujer y justo un día antes de la boda ¿Qué tienes en la cabeza?.
Fue todo lo que dijo y se fue dejándome con mil pensamientos.
Antonio se acercó con una sonrisa que adornaba su rostro, era guapo no podía negarlo pero verlo solo me confirmaba que ya no sentía nada por él y que nunca sentí ni siquiera la mitad de lo que siento ahora por Poché. Esa mujer me vuelve loca.
—Hola Calle.
—Hola Antonio.
—Mira, las compré para ti.
—Gracias, no te hubieras molestado. Siéntate.
—¿Me pareció ver a Marcela?.
—Sí, estaba aquí. Creo que se ha ido.
—Al verme, supongo que ya no le agrado como antes.
—No después de lo que pasó, ya sabes.
—Lo más estúpido que he hecho, te perdí y no sé si para siempre. Quiero creer que no pero...
—Antonio seré sincera contigo —lo interrumpí —Entre nosotros ya no hay nada, te olvidé y seguí adelante.
—¿Con eso te refieres a que te enamoraste de alguien más?.
—Sí, estoy profundamente enamorada de una mujer —me vio sorprendido.
—¿Te...te gustan las mujeres?.
—Sí, aunque ella no es como tal, es intersexual así que...
—¿Te acostaste con ella? —preguntó rápido.
—No voy a responder eso.
—Daniela si lo hiciste dime por favor que se cuidaron. Ella puede embarazarte, lo sabes verdad.
Nunca me había puesto a pensar en eso. Mierda que pendeja soy, por la calentura que sentía por ella me olvidé por completo.
—Claro que lo hice —dije al final.
Él bajó la mirada, esa era una confirmación de que había estado íntimamente con ella.
—Lo siento Antonio pero no puedo negar lo que siento por ella. La amo con toda mi alma, como jamás había amado.
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Por Amarte a Ti
De TodoA veces juegan con nuestras vidas las reglas de las personas que están en contra. Más cuando dos personas amándose con locura son obligadas a separarse. Sin embargo el destino ya está escrito y no importa nada más.