Llegué a la casa con la playera de Tom aún puesta. Apenas crucé la puerta, Bill me miró y, con una sonrisa traviesa, comentó:
—Vaya, ¿ya robándole la ropa a Tom?
Lo ignoré completamente y me dirigí a mi habitación. Donovan y Bill seguían jugando, ajenos a lo que había ocurrido. Me dejé caer en la cama, con la mente revuelta.
Desde el fondo, escuché a Donovan decir:
—Oye, Bill, ¿crees que Zoe esté bien?
Bill respondió con una risita:
—Seguro que sí, solo está siendo Zoe.
Cerré los ojos, intentando procesar todo lo que había pasado en el lago.
Tomé mi teléfono y llamé a Nashi, mi amiga de Alemania. Necesitaba desahogarme y nadie mejor que ella para entenderme.
—¡Nashi! Soy Zoe.
—¡Zoe! ¡Qué sorpresa! ¿Cómo estás? —respondió Nashi con su típico entusiasmo.
—He estado pensando mucho sobre el amor y lo complicado que es... —dije, tratando de poner en palabras lo que sentía.
Nashi suspiró al otro lado de la línea.
—El amor siempre es complicado Zoe es como , morí cien veces.
—Esque es mayor que yo por 4 años Nashi. —completé, sintiendo un nudo en la garganta—. Es como si siempre volviera a las mismas dudas y miedos.
—Sí, es difícil y más cuando es mayor que tu por 4 años. La mayoría de edad trae muchas responsabilidades y dudas —dijo Nashi—. A veces, desearía que todo fuera más simple, como antes.
—Nashi, ¿cómo se supone que debo saber lo que quiero o siento? —le pregunté, sintiéndome abrumada.
—No siempre lo sabemos, Zoe. Y está bien. La vida es como una tubería. A veces solo somos como una moneda rodando, tratando de encontrar nuestro camino.
—Tienes razón, Nashi. Gracias por siempre estar ahí para escucharme.
—Para eso están las amigas, Zoe. No te preocupes, todo se arreglará con el tiempo. Recuerda, incluso en las peores tormentas, siempre hay un rayo de sol.
Colgué la llamada sintiéndome un poco mejor, sabiendo que tenía a alguien en quien confiar, aunque estuviera a miles de kilómetros de distancia.
Me encerré en mi habitación después de hablar con Nashi, tratando de ordenar mis pensamientos. De repente, escuché un suave toque en la puerta. Sabía que era Tom, pero no quería enfrentarme a él en ese momento, así que decidí ignorarlo.
—Zoe, abre la puerta —dijo Donovan desde afuera—. Tom quiere hablar contigo.
Bill también estaba allí y agregó, con su tono relajado:
—Vamos, Zoe. No puedes evitarlo para siempre. Dale una oportunidad.
Me quedé en silencio, esperando que se fueran, pero Donovan insistió:
—Zoe, sé que estás molesta, pero necesitas hablar con él. No puedes simplemente esconderte cada vez que algo va mal.
Suspiré, sabiendo que tenían razón, pero aún así me resistía a abrir la puerta. Sentía que enfrentar a Tom significaba abrir una caja de Pandora de emociones que no estaba lista para manejar.
—Zoe, por favor —insistió Tom, su voz sonando más cerca—. Solo quiero hablar. Necesito explicarte.
Me levanté de la cama, mis manos temblando mientras Donovan, Bill y Tom continuaban insistiendo en la puerta. Sus voces se hicieron más urgentes, y comencé a escuchar golpes más fuertes contra la madera.
ESTÁS LEYENDO
Amor Sobre Ruedas †★ TOM KAULITZ
Roman d'amourNo creo en el amor. En mi mundo, las carreras clandestinas son lo único que me hace sentir viva. Tengo 16 años y la velocidad es mi escape, mi refugio. Cada noche me subo al volante para acercarme más a la verdad sobre la desaparición de mi hermano...