Mientras estaba acostada en la cama de Hiroshi, el dolor en el pie se había vuelto un poco más soportable gracias al yeso, aunque mi mente no dejaba de pensar en Étienne. La puerta se abrió y entraron con el desayuno: un par de bandejas con croissants, frutas y café.
—Aquí tienes —dijo Hiroshi, dejando la bandeja en la mesita junto a la cama—. ¿Cómo te sientes?
Me incorporé ligeramente y eché un vistazo a la comida, pero mi mente seguía divagando sobre Étienne. Traté de enfocar mi atención en lo que Hiroshi decía, pero estaba distraída.
—Estoy bien, solo... cansada —respondí, tomando un croissant sin mucho entusiasmo.
Hiroshi se sentó en el borde de la cama, mirándome con preocupación.
—¿Qué pasó exactamente con tu pie? —preguntó, notando mi falta de interés.
—Nada grave tengo que estar 2 días con esto —respondí sin prestar demasiada atención—. Simplemente me lastimé al brincarme por la ventana. Un chico me ayudó y me llevó al hospital. Solo es un esguince.
Hiroshi frunció el ceño, visiblemente molesto por mi respuesta cortante.
—¿Quién era ese chico? ¿Etienne, verdad? —preguntó, tratando de entender la situación.
Asentí distraídamente, masticando el croissant con desánimo.
—Sí, él... fue muy amable. Pero no es importante, en serio.
Hiroshi la miró fijamente, esperando una explicación más completa, pero solo obtuvo una sonrisa forzada y una mirada perdida. Mientras él se levantaba para irse, no pude evitar que mis pensamientos volvieran a Étienne y la preocupación de no haber podido pasar más tiempo con él.
Mientras estaba acostada en la cama de Hiroshi, con la mente distraída por pensamientos sobre Étienne, una chica de la limpieza entró en la habitación. Estaba organizando un poco y, al verme pensativa, empezó una conversación casual.
—¿Todo bien? —preguntó, mientras pasaba el aspirador cerca de la cama.
—Sí, solo un poco cansada —respondí sin mucho entusiasmo, tratando de volver a concentrarme en mis pensamientos.
La chica me miró con curiosidad y, notando que estaba distraída, decidió hacer algo de charla.
—Ese chico que te ayudó, Étienne, ¿lo conoces bien? —preguntó, mientras seguía limpiando.
Fruncí el ceño, confundida por la pregunta.
—No mucho, solo lo conocí ayer —respondí—. Pero me preguntaba quién es exactamente.
La chica de la limpieza se detuvo por un momento, mirando hacia el suelo mientras pensaba en cómo explicarlo.
—Oh, Étienne es el hermanastro de Hiroshi —dijo finalmente—. Su padre se casó con la madre de Étienne hace unos años. No suelen verse mucho, pero parecen no llevarse bien.
Mi mente procesó la información mientras miraba el reloj, sintiendo un creciente interés por saber más sobre Étienne. No solo había sido un desconocido amable, sino que ahora entendía que tenía una conexión importante con Hiroshi. La revelación me dejó con más preguntas que respuestas, y no pude evitar preguntarme más sobre su historia y la relación entre él y Hiroshi.
Cuando Donovan llegó a la casa de Hiroshi, me levantó con cuidado y me cargó hasta su carro. Me acomodé en el asiento del copiloto mientras él se subía al volante. A través de la ventana, observé el mundo pasar en un borrón mientras pensaba en lo que había ocurrido. Finalmente, me volví hacia Donovan.
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Amor Sobre Ruedas †★ TOM KAULITZ
RomanceNo creo en el amor. En mi mundo, las carreras clandestinas son lo único que me hace sentir viva. Tengo 16 años y la velocidad es mi escape, mi refugio. Cada noche me subo al volante para acercarme más a la verdad sobre la desaparición de mi hermano...