Capítulo 4.

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Las luces de la discoteca le chocaron en los ojos por no sabe cuál vez. Changbin y Christopher habían pedido una botella del whisky más caro del bar para celebrar su cumpleaños, y habían empezado a festejar incluso antes de salir de su piso. Los tres se habían vestido pa' romperla, (claras instrucciones de Changbin) y habían salido pronto por la tarde.

En un ataque de impulsividad, Minho había ido a la tienda de cosmética por la mañana ese sábado a comprar un tinte color rojo. Estaba cansado del color apagado de su pelo, y ya que iba a celebrar su cumpleaños, lo menos que podía hacer era sentirse jodidamente irresistible.

Cuando Christopher le vio, vestido con unos pantalones de cuero, una camisa gris y unas botas de tobillo altas negras, le faltó tiempo para sacarle fotos entre silbidos.

–Nunca te había visto así de sexy, Minho. Definitivamente el rojo es tu color –le levantó las cejas sugerente–. ¿Vas con mentalidad de cazar esta noche?

Él solo se rio y sacudió la cabeza en una negativa. Lo menos que había pensado era en eso, pero no le vendría de más divertirse un poco.

Tras media botella de Jameson, se sintió lo suficientemente animado como para lanzarse a la pista de baile seguido por sus amigos. Entre risas y con el sonido de "Es un secreto" de Plan B, Minho sintió sus pantalones tensarse cuando perreó hasta el suelo. O casi. A pesar del quejido de sus rodillas, siguió bailando sin problema, sin preocupaciones. Changbin y Christopher hicieron un sándwich con él y se la pasaron bailando pegados sin prestarle atención al resto del mundo.

Era una de las cosas que más le gustaban de sus amigos cada vez que salían: siempre estaban pendientes de él. Se sentía tan querido y cuidado que no le molestaba desinhibirse todo lo que podía sin terminar vomitando en algún baño.

Se separó de ellos cuando empezó a sonar "Ven báilalo", dando unos pasos hacia atrás bailando al ritmo de la música. Sintió un cuerpo chocar con el suyo, e inmediatamente se giró para pedir disculpas.

Aquellos ojos grandes y brillantes pasaron de una expresión de pena a una de emoción cuando se dio cuenta de que había chocado con Minho.

–¡Minho! –la sonrisa en forma de corazón estaba allí.

Minho estaba borracho. Y Jisung era precioso.

–Jisung, ¡qué casualidad! –Se sintió valiente con las palabras de Hyunjin resonando en su mente.

–He venido aquí con mi mejor amigo –Jisung se giró para buscar una cabellera rubia tras él–. ¡Felix! Ven, te presento a Minho, mi compañero de trabajo.

El pelo de Felix era tan largo que le daba para hacerse una coleta. Tenía el rostro bañado de pecas, dándole a sus mejillas un aspecto adorable a la par que atractivo. Le sonrió tendiéndole una mano, un acto que parecía tan formal rodeados de toda esa gente borracha.

–Encantado de conocerte por fin, Minho –Felix pronunció, llevándose una mirada reprobatoria de Jisung.

Minho estrechó su mano e, ignorando a propósito aquel comentario, miró por encima de su hombro para indicarle a sus amigos que se acercaran. Christopher y Changbin se pusieron a su lado, y los presentó casi gritando. Naturalmente y casi sin esfuerzo, ambos grupos se fusionaron en uno y los cinco se la pasaron bailando entre copa y copa.

El aliento de Minho murió en su garganta cuando sintió la mano de Jisung en su cintura. Seguían bailando y "Sexy movimiento" de Wisin y Yandel sonaba en los altavoces a todo volumen. El alcohol hervía en las venas de Minho, y Jisung se había pegado a su espalda, frotándose contra él. Se estaba poniendo cachondo solo con el roce. Su olor le rodeó, aquel perfume que había invadido tantas veces su oficina en el último mes, y se le hizo la boca agua.

Chasing the light ~ MinsungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora