Capítulo 17.

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Los días habían pasado con tranquilidad para el equipo, Elara pasaba la mayor parte de su día junto al millonario o junto a la agente. De vez en cuando salía de la Torre para ver a Matt y a Foggy.

Cómo cada mañana hasta ahora Elara y Natasha estaban entrenando en el gimnasio de la Torre Stark. Mientras lanzaban golpes y patadas, Tony se encontraba sentado en un banco cercano, comiendo un sándwich y observándolas con interés, más que nada para asegurarse de que la joven Vengadora no muriera.

—Entonces, ¿están cómodas en la torre o necesitan algo?— preguntó Tony entre mordiscos.

—Todo está bien, Tony. Gracias— respondió Natasha, sin perder el ritmo de su entrenamiento.

Elara asintió, respirando un poco más fuerte por el esfuerzo —Sí, estamos bien.

Después de una pausa, Elara miró a ambos —¿Ustedes creen que Barnes me odia?

Tony y Natasha se detuvieron y la miraron. Tony fue el primero en hablar.

—Yo creo que odia a todos menos a Steve.

Natasha lanzó una mirada de advertencia a Tony antes de volverse hacia Elara.

—No creo que él te odie, Elara.

Elara bajó la mirada, sintiendo una mezcla de confusión y frustración.

—Es solo que... cada vez que nos cruzamos, no me dice nada. Siempre me mira con una cara de fastidio.

Natasha suspiró y dejó caer los brazos a los costados, tomándose un momento para pensar en su respuesta.

—No creo que sea personal. Quizás solo necesita tiempo para acostumbrarse a estar aquí, con todos nosotros.

Tony terminó su comida y se levantó, sacudiéndose las migas de las manos.

—Nat tiene razón. El hombre ha estado a través del infierno y de vuelta. Dale tiempo. Y si sigue mirándote con esa cara, siempre puedes sacarle los ojos con tus garras.

—Supongo que tienes razón, lo de los ojos no, dudo que Steve me perdone.

Natasha le dio una palmada en el hombro.

—Y si todo falla, siempre podemos organizarnos un retiro de equipo en algún lugar soleado. Nada une más que unas vacaciones obligatorias— mencionó
Tony, con una sonrisa traviesa

Elara y Natasha se rieron —Si necesitamos vacaciones, Stark.

Elara y Natasha terminaron su entrenamiento y se dirigieron hacia la sala de estar de la torre Stark, acompañadas por Tony, quien seguía haciendo comentarios sarcásticos para su propio entretenimiento.

—Buen entrenamiento, chicas. ¿Alguien más quiere una hamburguesa?— bromeó Tony, haciéndolas sonreír.

De repente, una luz cegadora cayó sobre la terraza, deteniéndolos en seco. La intensidad de la luz disminuyó gradualmente, revelando la figura imponente de Thor.

—¡Thor!— exclamó Tony, con una mezcla de sorpresa y entusiasmo.

Thor, con su martillo Mjolnir en la mano, saludó a los presentes con una amplia sonrisa.

—¡Amigos!— dijo Thor, su voz resonaba llena de alegría.

Steve, que había llegado a la terraza al oír el ruido, se acercó a Thor y lo saludó con un apretón de manos.

—Thor, me alegra verte. Ven conmigo, quiero presentarte a alguien.

—Nos vemos, ricitos de oro— se despidió Elara.

GHOST (Bucky Barnes)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora