Elara cruzó las puertas del complejo, percibiendo de inmediato el aire cargado de tensión. Sus sentidos estaban alerta, notando cómo las miradas entre los Vengadores se evitaban, y las conversaciones murmuradas apenas se sostenían. Caminó con pasos ligeros hacia el centro de la sala común, donde vio a Steve con los brazos cruzados y la expresión rígida.
—¿Todo bien?— preguntó ella acercándose a Steve —Dios es muy temprano para que todos tengan esa cara.
Steve, visiblemente agotado, suspiró antes de responder.
—Bucky ha estado discutiendo con todo el mundo. No sé qué le pasa— dijo, con una mezcla de preocupación y frustración.
Elara alzó una ceja y, con un tono irónico, replicó —Qué raro, nunca lo habría imaginado.
Lo que no notó fue que Bucky estaba justo detrás de ella, escuchando cada palabra. Con una rapidez que hizo que todos los que estaban en la sala contuvieran la respiración, el Soldado del Invierno la encaró, sus ojos azules encendidos por el enojo.
—¿Tienes algo para decirme?— le espetó, con la mandíbula apretada.
Elara lo miró con frialdad, sin vacilar.
—Nada, Barnes. No pienso hacer esto, son...— la castaña revisó su reloj con una pequeña sonrisa —Las siete de la mañana, búscame a las doce y hablamos— dijo, sus palabras llenas de ironía.
Sin embargo, cuando Bucky la tomó del brazo, todo cambió. Elara reaccionó instantáneamente, empujándolo con fuerza, liberándose de su agarre.
—No vuelvas a tocarme— le advirtió con voz grave y los ojos destellando furia. El ambiente se volvió aún más denso, los demás observando en un tenso silencio, temiendo lo que vendría después.
Los días siguientes se volvieron un ciclo repetitivo en el complejo. Las tensiones no disminuían, y Bucky parecía estar constantemente en pie de guerra, peleando con casi todo el equipo, pero especialmente con Elara. Las discusiones entre ellos dos eran tan frecuentes que el ambiente se había vuelto insoportable. Steve, siempre el mediador, sabía que algo debía hacerse.
Una mañana, el equipo fue convocado al gimnasio del complejo. Steve y Maria estaban de pie al frente, esperando a que todos se reunieran. Elara llegó, con la mirada cansada y la mandíbula apretada, ya previendo otro día de conflictos. Bucky se apoyaba contra una pared, su expresión tensa.
—El entrenamiento de hoy será diferente— comenzó Steve, llamando la atención de todos.
Las miradas se dirigieron hacia él con curiosidad. Elara cruzó los brazos, sin intentar ocultar su escepticismo.
—Se dividirán en dos grupos. Uno entrenará hoy, y el otro la próxima semana— continuó Steve, pero antes de que pudiera seguir, Maria Hill lo interrumpió, tomando el control de la explicación.
—Pelearán uno contra otro— dijo con firmeza, mirando a cada miembro del equipo —Hasta que solo queden dos vencedores en pie. Esos dos se enfrentarán, y quien quede de pie al final ganará.
Una ligera agitación recorrió a los presentes. Era un giro inesperado para un día de entrenamiento. Elara entrecerró los ojos, ya anticipando lo que vendría.
—Nada de poderes— añadió Steve, mirando directamente a Elara y luego a Thor —Solo se permitirán si es entre ustedes dos.
Elara bufó, claramente frustrada, pero al final no pudo evitar una ligera sonrisa. Era un desafío, algo que, aunque no le gustara admitir, podría distraerla de la tensión de los últimos días.
—Bien, supongo que esto será interesante— murmuró Elara mientras cruzaba los brazos, aceptando el reto a regañadientes.
Bucky, a unos metros de ella, le lanzó una mirada afilada. Era evidente que él tampoco rehuiría la oportunidad de desahogar sus frustraciones de la última semana, y Elara lo sabía.
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GHOST (Bucky Barnes)
ActionElara, una joven con habilidades extraordinarias, se une a los Vengadores mientras lucha por olvidar su pasado tormentoso. A pesar de sus esfuerzos por dejar atrás sus recuerdos oscuros, las sombras de su historia la siguen persiguiendo.